Dicen las crónicas de la época que el intentar comunicarse con sus hijas y tras meses prófugo caía el asesino más buscado del distrito y por esos días de Argentina. El comisario Claudio Smith participaba de la aprehensión en la zona de la Capital Federal en lo que comenzaba a ser el final de Acevedo
Así lo narraban crónicas policiales de la época. “La tentación lo traicionó. Llegó hasta una esquina de Flores, tomó unas monedas y marcó un número telefónico. Tras breves minutos de conversación, el llamado se cortó. Insistió. Necesitaba escuchar la voz de su hija. Marcó otra vez el número hasta que logró comunicarse. Pero imprevistamente, varios móviles policiales rodearon al individuo, que intentó escapar.
A diez metros del teléfono donde la voz de su hija se perdía en la oscuridad, el cuádruple homicida de Quilmes finalmente fue detenido. Alberto Acevedo había cambiado su fisonomía. Se había cortado el pelo y lo había teñido de color caoba, disimulando con esa tintura las canas que cubrían su cabellera. También se había afeitado la barba y el bigote. Uno de los diez hombres que eran intensamente buscados por los efectivos policiales de la provincia y por quien se ofrecía una recompensa de $ 30.000, había sido apresado mientras intentaba comunicarse con una de sus hijas. La detención se produjo en la avenida Avellaneda al 3700. Un importante número de policías arribó al lugar. Uno de los uniformados le solicitó a cuádruple asesino su identificación. Uno de los investigadores relató que “nos mostró el documento, que estaba adulterado. Entonces, cuando se dio cuenta que estaba rodeado, intentó escaparse pero a pocos metros lo detuvimos. No se mostró nervioso, por el contrario, cuando fue apresado estaba muy tranquilo”.
Acevedo llevaba campera de vestir color beige, pantalón de jean y mocasines marrones. En un bolsillo de la campera tenía $1.610 y un D.N.I. apócrifo, que contaba con la foto carnet similar a su estado fisonómico actual. No estaba armado. Los investigadores tratan de establecer la procedencia tanto del dinero como del documento adulterado. El hombre estaba prófugo en una causa en la que se investigan los asesinatos de su padrastro, su concubina, su ex esposa y la nueva pareja de esta última mujer.
Desde entonces, los efectivos policiales de Quilmes custodiaron la vivienda de cinco familiares directos de Acevedo, por temor a que fueran objeto de nuevos ataques, y se formó un comité de crisis para atraparlo. Pero el criminal no volvió y se dedicó a efectuar llamadas telefónicas a su madre desde distintos puntos en la vía pública, dificultando su localización. Una de esas comunicaciones derivó en su detención, en horas de la madrugada de ayer. Quedó detenido e incomunicado en la DDI de Quilmes, tras 131 días prófugo. Será indagado hoy por la jueza Margarita Allaza de Iturburu”.
Guillermo Troncoso
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