La investigación surgió a través de una denuncia efectuada de manera anónima al personal de la Seccional del barrio La Cañada, en la cual la referían que en la calle 812 vendían estupefacientes, generando más inseguridad en la zona. El gabinete criminológico -al mando del comisario Rolando Flores- tomó cartas en el asusto e inició una investigación destinada a identificar a los responsables de la actividad ilícita.
Mediante tareas encubiertas que demandaron varios meses, los pesquisas ingresaron al asentamiento disfrazados de carreros y de personal municipal. De este modo, recolectaron pruebas en contra de todos los integrantes de la gavilla, la cual estaba bien organizada y cada uno de ellos cumplía un rol y función determinada: vendedores, “satélites” o “soldados” (encargados de dar aviso cada vez que en el lugar ingresaba algún móvil policial), seguridad y proveedor.
Con las nueve órdenes de allanamiento obtenidas, los numerarios ingresaron en los barrios “Papa Francisco” y en el “Emporio del Tanque”, ubicados en cercanías de Camino General Belgrano y calle 812, camuflados en una camioneta rastrojera y simulando una mudanza. Contaron para ello con apoyo del Grupo GAD, UTOI, Policía Local, y del Municipio de Quilmes.
Así consiguieron detener al cabecilla y proveedor de la banda narco, así como también de los otros cinco integrantes de la misma, todos ellos mayores de edad. En las vivientas allanadas secuestraron 985 envoltorios de marihuana fraccionados y listo para la venta, 578 envoltorios de paco fraccionado, un ladrillo de marihuana de 1kg con elementos de corte para su fraccionamiento, recortes de nylon, equipos de comunicación handy, dinero en efectivo, teléfonos celulares y elementos de interés para la investigación.
Fuente: Perspectiva Sur