Ocho policías de la Bonaerense que están siendo investigados desde diciembre del año pasado por haber baleado a un efectivo de la Policía de la Ciudad durante una persecución en Florencio Varela fueron desafectados de sus puestos por decisión de la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia.
El padre del hombre herido Fernando Gabriel Funes (31), perteneciente a la División Subterráneos de la Policía de la Ciudad, denunció que los efectivos implicados dispararon 23 balazos contra el auto de su hijo a pesar de que estaba desarmado y comparó el hecho con la persecución fatal de San Miguel del Monte, donde murieron cuatro jóvenes, tres de ellos adolescentes.
La medida de la Auditoría General de Asuntos Internos recayó sobre el teniente primero Juan Carlos Balquinta, el teniente primero Juan José Frione, el subteniente Hernán Esteban Piedrabuena y los oficiales Romina Alejandra González, Walter Ezequiel González, Cristian Adrián Díaz, Matías Emanuel Calleri y Pablo Fernando Vargas.
Los efectivos fueron desafectados por orden del director esa división, Guillermo Berra, ya que se investiga si hubo un exceso en los medios empleados y abuso de sus funciones en el procedimiento del que derivaron lesiones graves a Funes.
La causa es llevada adelante por la fiscal Mariana Dongiovanni, a cargo de de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada 2 de Florencio Varela.
“Al fin llega después de seis meses y dos días algo de Justicia para mi hijo”, dijo Fernando Funes, padre de la víctima que el 23 de diciembre de 2018 resultó baleado.
El hombre aseguró que, hasta el momento, el único imputado por ese hecho era su hijo por el delito de “resistencia a la autoridad” y en la investigación judicial ya quedó descartado que el efectivo en ese momento haya estado armado como intentaron demostrar sus pares de la Bonaerense.
“Nos seguimos cruzando a esta gente que intentó matar a mi hijo y él recién ahora está soltando las muletas”, aseguró Funes.
El padre vinculó el ataque con las denuncias que había realizado éste contra su ex mujer y madre de su hijo, quien es miembro de la policía bonaerense.
El hecho ocurrió cerca de las 3 de la madrugada del 23 de diciembre de 2018, cuando el policía, quien años atrás fue premiado por la fuerza por su trabajo en la lucha contra el narcotráfico, regresaba a su casa a bordo de un Volkswagen Vento negro vestido de civil.
Fuentes de la Policía Bonaerense dijeron que Funes pretendió evitar un control vehicular y que tras una persecución se originó un tiroteo que culminó con el efectivo herido.
Pero Funes padre negó esta versión y dijo que su hijo “jamás se escapó de la policía y ni siquiera estaba armado”, por lo que lo comparó con el caso de San Miguel del Monte en el que murieron Carlos Aníbal Suárez (22); Gonzalo Domínguez (14), Camila López (13) y Danilo Sansone (13).
“Luego de que lo hicieron detener la marcha, comenzaron a dispararle. El auto recibió veintitrés impactos de bala. Cuando se bajó del auto con las manos en alto, le dispararon cinco balazos más y dos impactaron en sus piernas, herido y todo, se le acercaron y comenzaron a pegarle patadas”, agregó.
Su hijo fue trasladado a un hospital de la zona donde quedó con custodia de efectivos de la bonaerense, “quienes siguieron intimidándolo y hasta le pusieron palos dentro de las heridas de bala que tenía en las piernas para torturarlo”.
“Lo tenían en el piso y le metían un palo de escoba en las heridas de balas. Le decían ´¿te duele?´”, recordó el padre del policía herido.
Por su parte, las fuentes policiales dijeron que si bien no se halló ninguna arma de fuego en poder de Funes ni en el lugar del hecho, se secuestraron vainas dentro del Vento.
La Policía inició actuaciones por “abuso de armas”, pero como nunca apareció ninguna solo quedó imputado por “resistencia a la autoridad”, aunque ante la medida de Asuntos Internos la causa podría ser recaratulada por la fiscal Dongiovanni.