La defensa de los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi y el jardinero Armando Gómez, acusados de abusar de chicos hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de Mendoza, pidió ayer en la primera jornada del juicio que las víctimas “testifiquen nuevamente de forma presencial”, solicitud que fue rechazada por la fiscalía y la querella, que pidieron que “no se los revictimice”.
El planteo deberá ser resuelto durante la segunda audiencia del juicio, junto al pedido también realizado hoy para que “se transcriban todos los testimonios”, ya que el octogenario Corradi “tiene problemas de audición”.
La fiscalía, encabezada por Gustavo Stroppiana y Alejandro Iturbe, se opuso al pedido y solicitó que “se incorporen dichos testimonios vía cámara Gesell, para no revictimizarlos”.
“Nuestra postura es que las cámaras Gesell en las que quedaron plasmadas las declaraciones sean reproducidas en la audiencia debate, sin interrogatorios directos ni contactos con los imputados, que es la garantía que ofrece la ley”, coincidió uno de los abogados querellantes, Oscar Barrera.
El letrado opinó que el planteo de la defensa “no tiene asidero”.
“El Tribunal no puede escaparse de la ley y la defensa tampoco: las reglas de Brasilia establecen las formas en que deben ser interrogadas las víctimas vulnerables, que son personas con discapacidad, víctimas de delitos sexuales, mujeres o niños”, argumentó Barrera.
Corradi (83), Corbacho (59) y Gómez (57) están imputados por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores”.
En la primera semana del juicio se espera que declaren 29 personas y “el debate será a puertas cerradas y con la participación de intérpretes de lengua de señas”, precisaron fuentes del Ministerio Público Fiscal.
Fuente: NA