La familia de la niña que meses atrás denunció que la obra social de la Unión Tranviarios Automotor no le brinda asistencia a una niña con parálisis cerebral, a solo haber dos meses de conocerse el caso publicamente vuelve a padecer la burocracia de aquellos que sentados detrás de un escritorio ignoran el sufrimiento de una pequeña. Otra vez, la obra social de la UTA no le brinda la cobertura al tratamiento intensivo que la niña debe tener, a pesar que un fallo judicial así lo determina. “No nos mandaron la leche este mes, se le están deteriorando los pies porque no nos mandan los insumos”, explicó a este medio la mamá de la criatura.
Viviana Rodríguez, la madre de la nena de 10 años del Barrio Los Pilares de Florencio Varela se quiebra en el relato; está devastada y el llanto la ahoga: “sigue sin silla de rueda, cada día su salud está peor, intervino Niñez del Municipio pero la obra social hace lo que quiere, no les importa nada. No cumplen con la totalidad de las cosas no esta recibiendo tratamiento adecuado”.
A Mia luego que el caso tomó estado público solo le dieron una cama ortopedica pero la atención es deficiente. Más allá de que existe una resolución del Juzgado Federal de Quilmes que ordena a los responsables del gremio la cobertura al 100% de su tratamiento, el sindicato no la acata, presenta recursos constantemente y la salud de la pequeña se deteriora día a día.
La niña sufre por secuelas de una mala praxis en una clínica de Quilmes, tal como consta en la resolución del juez Luis Antonio Armella referido al diagnóstico que marca “discapacidad por parálisis cerebral con retraso mental severo: “Síndrome de West”(el cual pertenece al grupo de las patologías llamadas “Encefalopatías epilépticas catastróficas”)”. Más allá de esto y contar con un fallo favorable que ordena la cobertura total de sus tratamientos con especialistas y atención médica permanente, lo único que le brinda la obra social es una ambulancia en la puerta del domicilio del Barrio Los Pilares.
El tratamiento de Mia consiste en kinesiología, terapia ocupacional y fonoaudiología, pero la única prestación que está recibiendo es fonoaudiología, y dos veces por semana musicoterapia. Según su madre, “no es muy difícil de conseguir, cualquier niño que tiene internación domiciliaria las prestaciones las recibe, Mia hace meses que no tiene kinesiología, ni estimulación temprana, no está recibiendo ninguna de esas terapias. Recibe la atención en el Hospital El Cruce, cuando en 2016 la recibieron cuando fuimos a golpear puertas. Por una orden federal, el Juez Armella nos dio una orden para se pueda atender en el El Cruce.
Sería bueno que en Argentina una vez algunos sindicalistas den respuestas, más aún en casos tan sensibles cuando lo que está de por medio es la salud de una criatura de solo 10 años.