Benito Riñón, el niño de 5 años que vive con su familia en Berazategui ya viaja hacia Barcelona para someterse a un tratamiento que contra el cáncer que padece. Su caso se hizo conocido cuando su familia inició una campaña para recaudar fondos, llegando a medios nacionales y contando con el apoyo de artistas y personalidades de todo el país.
Este lunes, el pequeño viajó junto a sus padres Jennifer y Mariano hacia España. Si bien juntaron una buena parte de los 185 mil euros necesarios, todavía precisan de la ayuda de todos, por lo que es necesario continuar aportando y difundiendo su lucha.
“Benito está viajando a Barcelona!! ✈️. GRACIAS A TODA SU AYUDA ❤️. Cómo les contamos, gracias a toda la ayuda de ustedes cubrimos la primera etapa del tratamiento y BENI ESTA VIAJANDO A BARCELONA ??.
Necesitamos buenas energías y vibras positivas para que toda siga saliendo bien.
GRACIAS A TODOS!!!”, publicó la familia en las redes.
Benito padece un neuroblastoma IV de alto riesgo: un cáncer muy agresivo que tomó sus huesos y médula. Si bien se trató con un oncólogo del Hospital Garrahan, ahora se someterá en Europa a “un ensayo clínico de laboratorio, donde el 55% de los casos entran en remisión completa (curación)”, según contó Jennifer.
Benito “hizo quimioterapia de mayo a septiembre pero lamentablemente no logró una remisión” cuenta la mujer. “Todavía tenía infiltrada la médula y los huesos largos. Su oncólogo pidió una segunda opinión al Hospital Sant Joan de Deu Barcelona España, donde el director es especialista en neuroblastoma IV”.
Si querés conocer más de Benito, podés ingresar a la cuenta de Instragram @fuerzabenito_ o a twitter (#fuerzabenito). Allí podrás seguir las actividades de recaudación de fondos. Si querés colaborar, podés hacerlo directamente a una cuenta del Banco Nación:
Caja de ahorro N° 0470695551
CBU: 0110047130004706955515
CUIL: 20-257447207-9
Titular: Mariano Riñón
El Neuroblastoma es un cáncer poco común del sistema nervioso simpático (red nerviosa que envía los mensajes desde el cerebro a través del cuerpo). Es el tumor más frecuente durante los 2 primeros años de vida y, después de los tumores del sistema nervioso central como conjunto, el tumor sólido más frecuente del niño.
En total representa el 8-10% de los tumores pediátricos. Su incidencia estimada es de 1 por cada 7.000 recién nacidos vivos. Es un tumor embrionario y la edad media al diagnóstico es de 2 años, teniendo en cuenta que el 90% se diagnostican antes de los 5 años.
Los tumores pueden formarse en el tejido nervioso de la glándula suprarrenal (el sitio más frecuente) pero también en el cuello, tórax, abdomen o pelvis. También pueden estar diseminados en otras áreas o sistemas del cuerpo, como los huesos o la médula ósea.
Se desconoce el origen o qué causa el neuroblastoma. En cualquier caso es la presencia de células anómalas que persisten en el desarrollo normal del sistema nervioso simpático. No existe ninguna evidencia actual que indique una asociación clara con ningún factor ambiental, químico, biológico o por irradiación y el desarrollo del neuroblastoma.
El tratamiento del neuroblastoma varía en función de diversos factores, fundamentalmente el estadío de la enfermedad y la edad del paciente. El programa terapéutico debe estar orientado a minimizar el uso de aquellas sustancias más tóxicas, como la quimioterapia o la radioterapia, y fomentar el tratamiento de la inmunoterapia, un modelo de tratamiento diseñado para eliminar directamente las células del neuroblastoma reforzando las defensas del cuerpo.
Los síntomas iniciales del Neuroblastoma son muy vagos y en general incluyen la fatiga y pérdida del apetito. Síntomas por lo demás ambiguos en un niño de tan corta edad.
A medida que la enfermedad progresa pueden aparecer síntomas determinados por la localización del tumor. Si es en el abdomen, puede aparecer un vientre algo hinchado, dolor abdominal, y estreñimiento o diarrea. En el pulmón, localización rara, puede dar sensación de dificultad respiratoria.
Si afecta la médula espinal será la debilidad muscular y dificultad para caminar. Si es en el sistema nervioso central puede dar dolor de cabeza, alteraciones de la visión, o alteración en el tamaño de los ojos. Algunos niños sufren dolor en los huesos y articulaciones, sobre todo si existe un tumor afectando en especial alguno de ellos.
En cualquier caso todos estos síntomas son comunes a muchas otras enfermedades, muchas de ellas banales, cuadros gripales, infecciones digestivas o respiratorias, etc. y otras graves pero más frecuentes como la enfermedades reumáticas, infecciosas o neurológicas.