El último prófugo por el crimen de un vecino en una usurpación fue indagado por la Justicia y se negó a declarar. Vale recordar que en las últimas horas el gabinete criminológico de la Comisaría Quilmes Quinta, a cargo del comisario Rolando Flores, había detenido al último de los sindicados por el homicidio del joven Michel Tula (24), asesinado de cuatro tiros durante un intento de usurpación a la vivienda en que vivía con su familia.
Cabe recordar que el crimen ocurrió el pasado 21 de septiembre, cuando el ahora imputado ingresó junto varios de sus familiares en la casa de la víctima –ubicada en la calle 192 y Monseñor de Andrea- con el objeto de apoderarse de la vivienda. En el lugar se encontraba todo el núcleo familiar de Tula, su madre, sobrinos menores de edad y hermanos.
Allí se produjo una gresca, donde Tula intento defender a su familia de los atacantes, quienes exhibían armas de fuego y cuchillas. Al joven lo hirieron mortalmente con cuatro disparos, que provocaron su deceso en el lugar ante la mirada de toda su familia. También resulto herido otro de los integrantes de la familia, de 45 años, con un tiro en el cuello, pero sobrevivió.
Los agresores, todos parientes entre sí, huyeron rápidamente luego de la balacera. Horas más tarde los efectivos de la Comisaría Quinta habían logrado detener a seis de los sindicados –un hombre de 26 años y cinco mujeres de 16, 18, 23 y 31 años- en ocho allanamientos simultáneos. Sin embargo, el supuesto autor material del asesinato, apodado “El Pela”, logró evadirse hasta ayer; en las últimas horas fue indagado por la fiscal Ximena Santoro y se negó a declarar.
Tras un intenso trabajo de búsqueda, los detectives lograron ubicarlo en un domicilio del partido de Florencio Varela. El acusado, de 21 años, fue arrestado en los fondos de la vivienda en la que se ocultaba para mantenerse prófugo, y quedó a disposición de la Fiscalía Nº 7 de Quilmes imputado por el delito de “homicidio”. Con él, la totalidad de los encartados quedó tras las rejas, con excepción de la menor de edad que fue restituida a una abuela.
Según pudieron establecer los investigadores por los testimonios de vecinos de las víctimas, la familia presuntamente agresora estaría compuesta por delincuentes que tenían de “punto” a la familia Tula por “una rivalidad barrial”. Días antes del asesinato, Michel Tula y su primo habrían sido interceptados por la misma gente que los golpeó, los cortó con cuchillos y los obligó a desvestirse en la calle para robarles todas sus pertenencias.