Como una medida para evitar que se repitan actos de violencia protagonizados por jugadores de rugby, el diputado de la provincia de Buenos Aires, Daniel Lipovetzky propuso la “Ley Fernando”, en referencia al brutal asesinato de Fernando Báez Sosa, ocurrido a la salida de un boliche en Villa Gesell.
El proyecto de ley busca aplicar, en Buenos Aires, “la mano prohibida” a los rugbiers, ya implementado en el boxeo y el judo. Si bien, no existe ninguna tipificación en el Código Penal argentino de “mano prohibida”, se inscribe el concepto dentro del término “fuerza desproporcionada”.
“La mano prohibida’ no está en el reglamento deportivo, sino que en el Código Penal te dicen que se agrava y, por ende más pena, cuando el uso de la fuerza es desproporcionado entre las partes. Quiero llevar esta superioridad física a una faz deportiva”, explicó la abogada Valeria Carreras, en el programa Involucrados.
“¿Qué va a pasar? Un hecho de violencia, una intimidación, va a tener una fecha de suspensión. En esa fecha, va a tener que tomar una charla, un test psicológico, para cambiar”, dijo en aquella oportunidad.
La normativa se aplicaría “al jugador de rugby mayor de 16 años, [que] corresponden a la categoría M16 en adelante (están todos registrados en la UAR y la URBA), con suspensión de fechas a jugar y ante la tercer ocasión en que recurre a la violencia, se procede a la quita de puntos al club”, detalló Carreras en sus redes sociales.
Por su parte Lipovetzky aclaró que apenas “se pusieron sobre la mesa las primeras ideas” y que es un tema que “hay que analizar en profundidad”.