Las lesiones por accidentes de tránsito constituyen la primera causa de muerte y de secuelas graves en niños y jóvenes, advirtió este lunes la Sociedad Argentina de Pediatría, que llamó a utilizar todas las medidas de seguridad para trasladarse en vehículos.
“El principal motivo que contribuye a que los niños se lesionen o sean víctimas fatales en los accidentes de tránsito es que son trasladados de manera insegura en automóviles o motocicletas”, aseguraron en un comunicado desde la SAP ante la gran cantidad de siniestros viales que afectan a niños y adolescentes.
Las lesiones por accidentes de tránsito constituyen la primera causa de muerte y secuelas graves en niños y jóvenes, y al menos un tercio de estos niños viajaba en automóviles, informó la SAP.
Según estadísticas preliminares del Instituto de Seguridad y Educación Vial, en 2019 el 39,3% de las muertes se dio en la franja etaria de entre 16 y 30 años, y el 43,5% de los siniestros correspondió a conductores de entre 17 y 30 años.
En la Argentina alrededor del 6% de las víctimas fatales por siniestros viales -que rondan los 6 mil al año a nivel nacional- corresponden a niños menores de 14 años.
“Todo niño cuya estatura no supere el metro y medio de altura, debe usar un sistema de retención infantil (SRI). En la Argentina, según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, -en promedio en todo el territorio nacional- sólo el 50% de los niños menores de 4 años utiliza el SRI”, afirmó Lucas Navarro, miembro del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP.
Según informaron, los SRI (Sistema de Retención Infantil), también conocidos como “sillitas” o “huevitos”, son de uso obligatorio y ofrecen un elevado nivel de protección en la prevención de las muertes por tránsito, ya que reducen las defunciones de lactantes un 71% y las de niños pequeños un 54%.
Con relación al traslado inseguro de niños en motocicletas, desde la SAP alertaron que intervienen la baja percepción de los riesgos asociados a estos modos de traslado y algunos sesgos cognitivos como la omnipotencia y el exceso de confianza de los padres.
“Hay una creencia de los padres en sus propias habilidades para mitigar los riesgos a través de mecanismos poco seguros como, por ejemplo, llevarlos adelante en la posición del conductor. Se ve una permisividad paterna o materna, ya que a los niños les gusta viajar en la moto y les dan el gusto, y la ausencia percibida de controles en la materia”, aseguró Osvaldo Aymo, pediatra de la SAP.
Con respecto a los adolescentes y jóvenes, éstos son más propensos a presentar comportamientos riesgosos en el tránsito que en otras franjas de edad por su inmadurez física y emocional, alertaron.
Melisa Giovanini, pediatra del Comité de Prevenciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, opinó que “en general, los jóvenes se encuentran particularmente dispuestos a asumir naturalmente más riesgos que el resto de la población, quizás sin siquiera ser conscientes de ello”.
“En este contexto, las sustancias psicoactivas -entre las que se destaca el alcohol por su elevada prevalencia en la población- constituyen un medio que potencia los resultados negativos de esas conductas riesgosas”, aseveró.
También mencionó “la utilización del celular” como “un objeto distractor que interfiere en la atención en el tránsito, y el uso de auriculares”, que “disminuye la percepción de cualquier señal sonora y contribuye a la desconcentración”.