Casi sin darse cuenta, pocas veces en la Justicia local un tribunal resolvió tan rápido un veredicto. No fueron más de quince minutos los que les demandó a los jueces Pablo Pereyra; Félix Roumieu y Darío Hernández dar a conocer el pronunciamiento condenatorio para Diego González, el sujeto que abusó sexualmente de su hija Sofia durante más de una década, la embarazó en tres ocasiones, la obligó a abortar a los 15 años y tuvo dos hijos más con la pequeña, de los cuales uno falleció.
No le importó absolutamente nada al encartado, estuvo presente en los alegatos donde el fiscal Sebastián Videla como el particular damnificado, Marcelo Valenti, solicitaron una pena de 35 años de prisión. Por su parte el letrado particular requirió además al Tribunal Oral 2 que se abra una investigación en la fiscalía en turno a partir de la denuncia de abuso que realizó la víctima al declarar en la que involucró a uno de sus tíos.
Muestra de ADN; relatos de la víctima, de los hermanos, el contexto de violencia de género, todo, absolutamente todo fue contundente al momento de describir la prueba producida por parte del fiscal Videla. A su turno, la defensora oficial Soledad López cuestionó que se le enrostren tres hechos a González sino que pidió que se le impute uno solo, a lo que los magistrados no hicieron lugar.
Junto a los abogados, cara a cara con el sujeto que le robó la infancia, sin poder creer que ese de enfrente fuese su padre, fue como Sofía enfrentó a su violador, no tuvo temor en bajarle jamás la mirada, a pesar que una estructura tipo biombo ocultaba a González del publico que se hizo presente en la sala de la planta baja de Penales. La imagen del final reflejó a Sofía y su familia aplaudiendo la salida del fiscal como del letrado particular en la puerta de Yrigoyen. La semana próxima los jueces del Oral 2 darán a conocer la pena por los hechos de “abuso sexual agravado por el vínculo” en contra de la víctima.