Un vecino de 74 años se convirtió en el primer infectado de coronavirus en Quilmes y el segundo en la región, por lo que se encuentra internado en la Clínica Bazterrica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, diagnosticado con una neumonía leve y su estado de salud es estable.
El hombre regresó de manera reciente al país desde uno de los países de Europa considerados de riesgo por la pandemia, aunque las autoridades no precisaron dónde estuvo ni cómo fue el contagio.
La Municipalidad de Quilmes confirmó que este caso es el primer que tiene la ciudad, aunque aún hay dos casos sospechosos que esperan ser confirmados. Ya fueron descartados 8 casos y uno fue invalidado por epidemiología.
Cabe recordar que el intendente de Berazategui, Juan José Mussi, confirmó el viernes pasado el primer caso de coronavirus de un vecino de Berazategui, quien fue detectado en el aeropuerto de Ezeiza al regresar de Europa y fue derivado directamente a una clínica de Capital Federal.
Respecto de la pandemia, el virólogo del Conicet Mario Lozano, que también se desempeña como secretario de Educación, Culturas y Deportes de Quilmes, elogió las medidas de contención adoptadas por la Argentina, y enfatizó que la principal amenaza del Covid-19 es el riesgo de que desborde la capacidad de respuesta del sistema de salud y conspire contra la atención de otras enfermedades.
El coronavirus “es un predador que encontró un campo completamente virgen, y en esta primera oleada, no parece haber encontrado una población que lo pueda contener”, aseguró Lozano, ex rector de la Universidad Nacional de Quilmes y autor del libro de divulgación “Ahí viene la plaga. Virus emergentes, epidemias y pandemias” (Siglo XXI, 2004).
Para el especialista, la estrategia argentina para contener la pandemia es inédita, pero acertada. Señaló que la principal amenaza para la salud pública no es su letalidad per se, sino el peligro de que desborde la capacidad de respuesta del sistema de salud.
Consultado sobre en qué cree que se diferencia esta pandemia de otras anteriores, Lozano explicó que en las epidemias de influenza, quizás con excepción de la de 1918, el mundo estuvo afectado. Pero tenía de alguna manera un grado de inmunidad basal contra el virus, la adaptación entre el virus y el huésped era menos violenta.
“En este caso -dijo- me parece que la inmensa mayoría del planeta no tenía memoria inmunológica para virus de este tipo. Cualquiera individuo de las regiones afectadas es factible de ser infectado. Todo virus es un predador, y el que produce el Covid-19 parece ser uno que encontró un campo complemente virgen”.
“Tiene una tasa de transmisibilidad alta y, en esta primera oleada, no parece haber encontrado una población que lo pueda contener”, agregó.
Sobre la letalidad del virus, el investigador del Conicet precisó que “en comparación con otras enfermedades, el Covid-19 no tiene mucha gravedad en términos individuales”.