La abogada que representa a la familia del remisero Claudio Romano, asesinado de seis balazos en el barrio porteño de Villa Crespo en octubre de 2019, denunció que los tres policías que serán juzgados por ese homicidio aún continúan prestando servicio en la fuerza pese a que podrían recibir una pena de prisión perpetua por el hecho.
La denuncia fue formulada por María del Carmen Verdú, integrante de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi) y querellante en la causa, quien aseguró a Télam que los tres policías, que quedaron filmados en el momento en el que mataban al remisero el 1 de octubre del año pasado, trabajan “sin ninguna restricción”.
Sin embargo, fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño aclararon a Télam que los tres policías “fueron apartados de tareas operativas, cumplen funciones administrativas, se les retiraron las armas, fueron reasignados a otras dependencias y seguirán con un sumario abierto hasta el final de la causa”.
Además, el abogado Manuel Ramallo, representante de los efectivos, aseguró que al no tener aún ninguna condena no se los puede privar de la posibilidad de que continúen trabajando, aunque remarcó, tal como hicieron desde el Ministerio, que “solo realizan tareas administrativas y están desarmados”.
La Correpi recordó que los efectivos Darío Ramón Pérez, (39), Alejandra Beatriz Manzanelli (41) y Daniel Isabel López (32) fueron procesados por “homicidio calificado” y que la causa ya fue elevada a juicio ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 12.
Sin embargo, los tres efectivos se encuentran beneficiados con una excarcelación por orden de la Cámara del Crimen, que entendió que no había peligro de fuga, peligrosidad ni riesgo de obstaculizar el trámite procesal y los primeros viernes de cada mes debían presentarse ante el TOC.
“Creíamos que, al menos, estaban apartados de sus funciones policiales. Pero no, están en actividad, sin restricción alguna”, sostuvo Correpi en un comunicado en el que, además, asegura que el abogado Ramallo, pidió “que se los exima a los policías de la concurrencia mensual al Tribunal, atento que no hay personal judicial atendiendo el público” por la feria judicial impuesta por el coronavirus.
Verdú explicó a Télam que advirtieron que “los policías imputados seguían trabajando como si nada hubiese pasado”, a partir de ese escrito donde el abogado explicaba que el 3 de abril sus representados se acercaron al Tribunal pero no les permitieron pasar al edificio.
“En el escrito pusieron ‘dada nuestra condición de personal policial en servicio’, lo cual confirmó que no fueron apartados de la fuerza”, sostuvo la abogada.
“Así que cuidado, vecinxs de CABA, y en especial de Villa Crespo: En cualquier esquina se pueden cruzar con estos tres ejemplares de gatillo fácil. Tengan cuidado, no se expongan, que ya vimos en los videos de lo que son capaces”, señaló el organismo de Derechos Humanos. Al respecto, una fuente de la cartera de Seguridad porteña dijo a Télam: “Eso no es cierto. No patrullan más las calles y están desarmados. Tampoco siguen trabajando en la comisaría vecinal 15B de Villa Crespo”.
En tanto, Ramallo afirmó que “un procesamiento no implica que hayan sido condenados y seguramente serán absueltos durante el juicio oral que todavía no tiene fecha y por el que todavía restan presentar pruebas”.
El hecho ocurrió pasadas las 11 del 1 de octubre último en Malabia al 900, de Villa Crespo, donde Pérez y Manzanelli llegaron a bordo de un patrullero de la comisaría 15 B para entregar una citación judicial y en el lugar había otra mujer policía, López, con la que se pusieron a dialogar.
Según lo registrado en los videos, minutos después llegó Romano, quien trabajaba como chofer para una ART, frenó su Volkswagen Polo detrás del patrullero, bajó de su auto herido en las muñecas y el abdomen, y con una navaja tipo “Kerambit” atacó al conductor del móvil, Pérez, a través de la ventanilla.
El policía efectuó un primer disparo que no dio en el blanco, por lo que Romano pasó por delante del patrullero, enfrentó a Manzanelli, quien ya había descendido con su arma desenfundada y, cuando intentó abalanzarse sobre ella, recibió en las piernas los primeros tiros que lo hicieron caer al suelo.
Los policías rodearon al sospechoso y, según lo que declararon, como lo vieron “enajenado” y amenazante sin soltar el cuchillo, le efectuaron más disparos y lo mataron.
En un fallo luego confirmado por la Sala VI de la Cámara del Crimen, la jueza consideró que más allá de que en un principio los efectivos dispararon en legítima defensa para “neutralizar las agresiones desplegadas por Romano”, después de que el chofer cayera herido y estuviera 43 segundos prácticamente inmóvil, los policías se excedieron y lo remataron sin justificación.
Fuente: Telam