El único amigo del múltiple femicida Ricardo Barreda, quien lo visitaba en el geriátrico en el que murió hace casi un mes, colocó ayer una cruz sobre su tumba en el cementerio municipal de la localidad de José C.Paz en el día en que cumpliría 85 años, con la frase “arrepentido de mis pecados cometidos” como epitafio.
La cruz fue colocada ayer por la mañana a pedido del escritor Pablo Marti, su último biógrafo, quien confirmó a la agencia estatal Télam que cerca de las 9 se acercó al cementerio y se le entregó a los empleados para que quedara frente a la tumba de Barreda, uno de los máximos protagonistas de la historia criminal argentina que en 1992 asesinó de escopetazos a sus dos hijas, a su esposa y a su suegra en su casona de la localidad bonaerense de La Plata.
“Arrepentido de mis pecados cometidos”, dice la placa junto al nombre del múltiple femicida y sus fechas de nacimiento y defunción.
La fecha en que el escritor decidió colocar la cruz coincide con el día que el odontólogo cumpliría 85 años. Cabe reseñar que Barreda murió el pasado 25 de mayo por causas naturales en el Geriátrico Del Rosario, donde se hallaba internado desde principios desde el 10 de marzo último.
El odontólogo fue condenado a prisión perpetua en 1995 por el triple homicidio calificado de su esposa, Gladys McDonald (57); sus dos hijas, Cecilia (26) y Adriana (24); y el homicidio simple de su suegra, Elena Arreche (86), cometidos en su casona de la calle 48, en el centro platense.
En 2008 fue beneficiado con arresto domiciliario y se fue a vivir con su nueva pareja, Berta “Pochi” André, quien falleció en 2015, por lo que el femicida tuvo que volver a la cárcel. Ese mismo año Barreda recibió la libertad condicional y un año después quedó libre tras extinguirse la pena.