El Gobierno nacional implementa este miércoles a partir de la cero hora y hasta el 17 de julio próximo, una nueva fase de aislamiento social obligatorio.
Las medidas que entran en vigencia, apuntan a restringir la circulación y sólo habilitará la utilización del transporte público a los trabajadores de las 30 actividades declaradas como esenciales, en la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), todos los departamentos del Chaco, el departamento rionegrino de General Roca y el aglomerado urbano de Neuquén, en el marco del recrudecimiento de la pandemia por coronavirus.
Del mismo modo, se podrán realizar algunas actividades productivas, pero sin que los trabajadores de esas áreas puedan abordar el transporte público, es decir, que deben cumplir el protocolo que obliga a las empresas a ocuparse de su traslado.
Además, el Ministerio de Seguridad de la Nación, comenzó a extremar los controles “permanentes en rutas, vías y espacios públicos, accesos y otros lugares estratégicos”, determinados en coordinación con las respectivas jurisdicciones, situación que se comenzó a observar desde el comienzo de la semana.
En paralelo, el Ejecutivo nacional prorrogó por igual lapso el distanciamiento social, preventivo y obligatorio para el resto del país, que poco a poco va volviendo hacia una fase de normalidad.
La normativa, oficializada en el Boletín Oficial mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia 576/2020, pone el foco en la ciudad de Buenos Aires y los 35 partidos del Gran Buenos Aires que conforman el AMBA, epicentro de la expansión del coronavirus, distritos que deberán volver a la fase 1 de la cuarentena.
El DNU mantiene el cierre de fronteras, la inactividad de las clases y prohíbe los eventos de gran magnitud, como los espectáculos públicos y los partidos de fútbol, entre otras actividades masivas, pero además, hizo caducar todos los permisos habilitantes, los que podrán ser renovados hasta la medianoche por los trabajadores cuyas actividades estén permitidas.
El detonante para endurecer el confinamiento, tuvo su eje en la aceleración de los casos positivos detectados de coronavirus en las últimas dos semanas, los que treparon al 136,4%, con un aumento del 95,6% de personas fallecidas y un incremento del 74% de internados en unidades de terapia intensiva.