Un estudio scopométrico sobre las zapatillas que llevaban puestas los diez rugbiers imputados por el crimen de Fernando Báez Sosa, el 18 de enero en la ciudad de Villa Gesell, reveló que una de las patadas que recibió la víctima en su rostro fue realizada por el detenido Máximo Thomsen, informaron fuentes judiciales.
El peritaje, considerado “clave” por los investigadores,fue entregado horas antes de que se cumplan seis meses del homicidio a la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, y determinó que una de las dos improntas detectadas en el rostro de Fernando corresponde a una zapatilla “Cyclone” que pertenecía al rugbier Thomsen.
“Solo espero que se haga Justicia con mi hijo. Eso es lo que quiero”, dijo a Télam Graciela Sosa, la madre de Fernando, tras conocer la noticias sobre el informe realizado en el laboratorio de la Policía Federal Argentina (PFA) de Mar del Plata.
En tanto, el abogado Fernando Burlando, quien representa a los padres de Fernando, opinó que esa patada que este peritaje le adjudica a Máximo Thomsen no implica la autoría del crimen en una sola persona, sino que -a su criterio- se trató de un “ataque en manada” en el que “son responsables todos” los jóvenes imputados en la causa.
“Hay que aclarar que el peritaje es importante, pero no lo más importante. No tenemos que confundir este resultado con el ataque en manada que sufrió Fernando”, dijo a Télam Burlando, tras lo cual aseguró que “estas pericias aclaran cuál ha sido la participación de alguno de los imputados en un hecho del que son responsables todos, incluso los liberados”.
Imputados e historia del caso
Por el crimen se encuentran detenidos y ya procesados por el juez de Villa Gesell, David Mancinelli, Thomsen (20), Ciro Pertosi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (20), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21), todos ellos considerados coautores del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”.
Además, están acusados como “partícipe necesario” Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19), quienes fueron excarcelados. El hecho ocurrió la madrugada del 18 de enero último en pleno centro de la localidad turística, frente al boliche Le Brique, donde Báez Sosa y dos de sus amigos comenzaron a ser golpeados por un grupo de jóvenes.
Fernando recibió golpes y patadas en la cabeza que le provocaron la muerte antes de que pudiera ser atendido por médicos, mientras que sus agresores huyeron.
El episodio quedó registrado en distintas cámaras de seguridad y en teléfonos celulares de otras personas que se hallaban en la zona, por lo que los sospechosos fueron identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas cuadras del lugar del crimen.
Un vocero con acceso al expediente explicó a Télam que el rostro de Báez Sosa “tenía dos improntas: una no se pudo establecer porque era muy chiquita y, la otra, se estableció que coincide con unas zapatillas Cyclone secuestradas y que coinciden con el pie de Thomsen”.
Las fuentes dijeron que si bien este dato surgido de los estudios periciales es de suma relevancia en la causa, aclararon que eso no significa que esa haya sido la “patada mortal” o la que produjo la muerte de Fernando.
“La Justicia siempre sostuvo al valorar el caso que se trató de una coautoría funcional, lo que significa que todos los acusados hicieron un aporte indispensable y que cada uno de esos aportes llevó al resultado muerte, al homicidio. No hubo una sola patada mortal sino que todos los golpes fueron mortales”, expresó otro vocero vinculado a la causa al referirse a la responsabilidad de los ocho rugbiers detenidos.
Las pericias scopométricas sobre los calzados de los rugbiers habían comenzado el pasado 29 de mayo y tenían como objetivo cotejar las huellas de las zapatillas secuestradas en la vivienda que los acusados alquilaban en Villa Gesell especialmente con una impronta hallada en la cara de Báez Sosa. Para poder completar el peritaje, la fiscal Zamboni, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 5 gesellina, ordenó la toma de nuevas huellas plantares de los ocho rugbiers detenidos en la Alcaidía de Melchor Romero, para determinar el tipo de pisada y precisar cuál de ellos es el dueño del calzado que impactó la cara de la víctima.
Una fuente judicial anticipó que, tras este peritaje, la fiscal está a punto de poder cerrar la instrucción del expediente y elevar la causa a juicio oral, lo cual podría ocurrir el mes próximo.