En medio de un aumento de los casos de coronavirus en el país, un grupo de personas realizó el fin de semana una quema de barbijos en el Obelisco porteño. Las imágenes registradas se viralizaron rápidamente en las redes y generaron una fuerte polémica.
En las filmaciones se observa como un grupo de aproximadamente 60 personas tiran sus tapabocas a una pequeña olla y los prenden fuego al grito de “quema de barbijos”. Tras la viralización del video, el canciller Felipe Solá manifestó tu repudio: “Quemar barbijos y exhortar a quemarlos es primitivo, autodestructivo y mezquino. Pone en riesgo a los demás y es una falta de respeto al personal de salud que arriesga su vida todos los días”, publicó en su cuenta de Twitter.
La semana pasada distintas asociaciones de médicos publicaron su preocupación por la cantidad de casos registrados todos los días en el país y principalmente en el AMBA. Por ejemplo, la presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), la doctora Rosa Reina, advirtió que la situación sanitaria a nivel nacional es muy crítica y llamó a la sociedad a actuar con mayor responsabilidad para frenar los contagios de coronavirus.
“No es momento de juntarse a hacer una fiesta”, aseguró Reina luego que el gobierno nacional autorizara las reuniones al aire libre de hasta 10 personas y la Ciudad de Buenos Aires avanzara en la apertura de bares y restaurantes para fomentar las juntadas en tiempos de pandemia. Luego, el presidente Alberto Fernández recibió durante la semana a un grupo de terapistas y trabajadores de la salud para interiorizarse sobre el trabajo que desarrollan en el marco de la pandemia, tras la carta abierta difundida por la Sociedad Argentina en Terapia Intensiva (SATI).
A la salida de la reunión, uno de los voceros aseguró que están “preocupados por la situación de la terapia intensiva” y que “hay un riesgo cierto de saturación del sistema sanitario”. Durante una rueda de prensa reconoció que “la pandemia desnudó las carencias estructurales” del sistema de salud y que al día de hoy “hay una sobrecarga enorme que jamás había ocurrido antes”.