Tras el debate instalado por el proyecto para construir una alcaidía en la Ribera de Quilmes, el exdirector del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) Guillermo Baque afirmó que este tipo de unidades son lo mismo que una cárcel común, aunque en lo formal son espacios de transición hasta que se dicta la prisión preventiva. Desde su experiencia, consideró que la instalación de este tipo de centros “genera más inseguridad” y aseguró que no hace falta expropiar tierras para ello porque “en la Provincia hay lugar de sobra”.
“La diferencias entre una alcaidía y una cárcel son mínimas. Ambas son cárceles”, aseveró el abogado que su utilidad es alojar a los detenidos que habitualmente permanecen en las comisarías y que por estos días están abarrotadas. La propuesta que está en discusión es parte de la iniciativa del gobierno de Axel Kicillof para declarar de utilidad pública dos predios ubicados en la zona ribereña del distrito, la cual se da en el contexto del plan del anuncio del presidente Alberto Fernández para construir 12 presidios.
En ese sentido, Baque reparó en que la situación actual de hacinamiento requeriría “al menos treinta cárceles más” y definió a la decisión del Ejecutivo nacional como “un primer parche”. Además, como dato agregó que por estos días el SPB tiene 50 mil presos, con una capacidad para 25 mil, cada uno de los cuales “le sale entre 70 y 80 mil pesos por mes a la Provincia”.
“Las comisarías están abarrotadas, inmediatamente se van a hacer los trasladar a la alcaidía y los calabozos seguirán abiertos (…) Los jueces son cómplices de lo que sucede y son garantes de eso, las cárceles son zoológicos humanos”, afirmó.
Frente a la polémica por el avance de la iniciativa prevista para Quilmes, el abogado coincidió con quienes se manifiestan en contra y puso como ejemplo lo sucedido en el municipio de General Pueyrredón, donde aseguró que crecieron los niveles de delitos a partir de la instalación de instituciones penales.
“A Mar del Plata le generó un grado inseguridad que ya no puede vivir nadie. Las cárceles son la facultad de la delincuencia porque desde adentro (los detenidos) manejan las cosas: los familiares se radican al rededor y son peores que ellos”, observó y estimó que en la provincia hay otras opciones para radicar este tipo de edificaciones, tales como zonas más rurales “donde (a los internos) se los puede poner a trabajar”.
Por otra parte, cuestionó el funcionamiento en general del SPB debido a que “funciona con una manga de ineptos que no tiene idea de nada y firman cualquier cosa”, y señaló que cuando hay gente capacitada “no la dejan trabajar”. “Al Servicio Penitenciario este sistema político lo ha convertido en nada. Con suculentos presupuestos, no tiene. Manejo de nada: el penitenciario maneja la pobreza y si decís algo, te echan”, indicó, reparó en que “los sistemas están todos mal”, tanto el político, el policial y el judicial, y afirmó que “hay más droga adentra que afuera”.
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