Esta semana, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires anunció que el 14 de diciembre vuelven a operar los casinos y las salas de bingos en territorio bonaerense, luego de nueve meses de cierre por la crisis sanitaria del coronavirus.
Desde el sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar (ALEARA) celebraron la vuelta a la actividad, aunque manifestaron sus reparos respecto a la cantidad de público que ingresaría y de trabajadores que serían requeridos.
“Solo van a funcionar la mitad de las máquinas, eso va a requerir la mitad de los trabajadores. Tenemos la incertidumbre de como va a funcionar el tema de protocolo”, señaló a La Tecla Ariel Fassione, secretario Gremial de ALEARA.
Y agregó: “En principio, estamos contentos con la noticia. La gente va a recuperar su trabajo y cobrar el cien por ciento de su sueldo, después de casi nueve meses cerrados. La incertidumbre es ver como vamos a volver”.
A raíz de esto, el gremialista expresó que “el Gobierno tendría que hacer un esfuerzo más para sostener” la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), que ya se anunció que no continuará el año que viene.
“El que no trabaja entendemos que seguirá en cobrando el 75 por ciento. Ahí está la incertidumbre ¿van a continuar las ATP? Y si se cortan ¿quién va a pagar ese porcentaje al trabajador, la empresa?”, se preguntó.
Los 44 bingos de la Provincia, en los que se desempeñan cerca de 20 mil trabajadores retomarán la actividad con una serie de protocolos para evitar el coronavirus. “Va a haber un aforo del 50 por ciento del público, con una maquina de por medio, la gastronomía no está permitida, (…) no puede estar la gente deambulando por la sala, tienen que sacar un turno para poder ir”, enumeró Fassione.
Esto sumado a la utilización de barbijo permanente, distanciamiento de dos metros, sanitización permanente y la toma de temperatura a la entrada. En ese sentido, el gremialista expresó la necesidad de “flexibilizar” las actividades “para que todos los trabajadores puedan volver”.
“Hay qué personal va a estar convocado y con cuantos trabajadores se van a arreglar las empresas”, señaló. Y cerró: “Hay que monitorear qué va a pasar cuando comience la actividad. En las 200 salas abiertas de las 14 provincias en las que están funcionando no tuvimos que lamentar contagios de trabajadores o público apostador”.