Familiares de las víctimas de la Masacre de Wilde exigen que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N 3 de Lomas de Zamora fije antes de fin de año una fecha tentativa para la realización de la audiencia preliminar. A 26 años del hecho que terminó con la vida de cuatro personas, las familias continúan la lucha por obtener justicia. Por el caso deben ser juzgado 9 expolicías bonaerenses. EL TOC 3 comenzó días atrás a realizar una consulta entre las partes del caso para llegar a un acuerdo en la forma – virtual, presencial o mixta – en la que se puede realizar la audiencia preliminar.
En diálogo con DiarioConurbano.com, Raquel Gazzanego, viuda de Edgardo Cicutín, el librero asesinado en la Masacre de Wilde, aseguró: “Queremos que den una fecha tentativa antes de que se termine el año para marzo, abril. No les pido que levanten la feria para la audiencia preliminar, son muchos años reclamando justicia para que sigamos esperando la nada misma”.
El comienzo de la pandemia frenó el desarrollo del juicio y desde el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora rechazó el pedido para realizar la audiencia preliminar de manera virtual.
Esta semana, el TOC consultó a las partes si están en condiciones de realizar la audiencia preliminar según los parámetros fijados por la Suprema Corte bonaerense. Todo indica que las defensas de los policías acusados están decididas a rechazar toda propuesta que no contemple la presencialidad total en la audiencia.
La viuda de Edgardo Cicutín respondió, a través de su abogado, que no tiene restricciones ni oposiciones para que la audiencia se realice a través de cualquiera de las formas.
A partir de este freno actual por la pandemia, los familiares de la Masacre de Wilde empezaron a digitalizar la causa por su propia cuenta y con la habilitación de distintas tareas presenciales en Tribunales esperan que aunque sea se pueda definir una fecha para el 2021. “Nosotros estamos en charlas con el TOC 3 que nos dicen que nos tienen en cuenta pero no creo que haya muchas causas que tengan 26 años de espera y si bien están todas las causas en las mismas condiciones, no todas esperan hace 26 años. Entonces pienso que merecemos un tratamiento especial”, opinó Gazzanego.
La viuda del librero exige que se digitalice la causa para que esté en condiciones una vez que comience el debate oral. “Dos personas en distintas casas y sin demasiadas herramientas pudimos digitalizar 4 cuerpos de la causa. ¿Cómo puede ser que en seis meses no pudieron nada hacer desde Tribunales como para que cuando se levante la cuarentena este la causa esté digitalizada”, manifestó.
Justamente, la digitalización de la causa era uno de los argumentos por lo que las defensas de los acusados rechazaban la realización de la audiencia preliminar en forma virtual.
Con el fin de acelerar los plazos, los familiares de las víctimas se comunicaron con la Corte Interamericana de Derechos Humanos para evitar que se concrete una “solución amistosa” y que se retome la fecha para garantizar un juicio justo.
Al respecto, Gazzanego advirtió: “Estoy cansada de esperar que se haga justicia; te ponen en una situación en donde los sentimientos empiezan a tener contradicciones. Son 26 años de impunidad”.
El hecho
La Masacre de Wilde ocurrió el 10 de enero de 1994, cuando policías de la entonces Brigada de Lanús persiguieron a los ocupantes de dos autos, presuntamente al confundirlos con un grupo de delincuentes que buscaban y los asesinaron a balazos.
Las víctimas fueron el remisero Norberto Corbo y sus pasajeros, Claudio Mendoza y Enrique Bielsa, quienes viajaban a bordo de un Peugeot 505, y el vendedor de libros Edgardo Cicutín, que se trasladaba en un Dodge 1500, conducido por Claudio Díaz. De acuerdo a la investigación, un Renault 21 en el que iban cuatro efectivos interceptó el paso y chocó el Peugeot, mientras que minutos después se sumaron otros cinco policías que llegaron en otro vehículo y acribillaron a balazos ese auto, por lo que murieron los tres ocupantes.
Ante esta situación, Díaz trató de eludir esa escena, pero un grupo de los policías lo hicieron detener, bajar del Dodge con sus manos en alto y lo obligaron a tirarse al piso. Cuando Ciccutín trató de hacer lo mismo, fue baleado y luego murió en el hospital de Wilde a raíz de las graves heridas sufridas.