Según un informe suministrado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, dependiente del Ministerio de Transporte, durante el año pasado fallecieron 3.138 personas en siniestros viales, sobre un total de 2.784 accidentes fatales, lo que implica una tasa de 6,1 siniestros fatales y 6,9 fallecidos cada 100.000 habitantes.
Las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Tucumán lideran la estadística de muertes en accidentes, en tanto que, por tasa de fallecidos cada 100 mil habitantes, las provincias del NOA y del NEA presentan los registros más altos.
Los varones de entre 15 y 34 años fueron las víctimas más numerosas y, entre los diferentes tipos de usuarios, los motociclistas fueron los más afectados.
Las estadísticas muestran que el número de siniestros fatales fue de 324 en enero del año pasado, descendió a 301 en febrero, a 230 en marzo y a 106 en abril, coincidentemente con el inicio de las restricciones por la pandemia de coronavirus.
Empero, desde abril pasado se inició un marcado ascenso durante los meses siguientes para cerrar diciembre con 325 accidentes, lo que da un promedio de 7,6 siniestros diarios.
En lo que hace a fallecidos, fueron 407 en enero y 369 en diciembre último, lo que da un promedio diario de 8,6 muertos.
Buenos Aires lidera la cantidad de siniestros con 570 y 660 muertos, le sigue respectivamente con 295 y 334 Santa Fe, Córdoba con 294 y 328 y Tucumán con 206 y 225 respectivamente.
Comparado con los registros del 2019, la mortalidad se redujo 45%, el promedio diario bajó de 15,3 a 8,5 y la tasa de mortalidad cada 100 mil habitantes pasó de 12,5 a 6,9.
El ministro de Transporte, Mario Meoni, sostuvo que “estas cifras son el lado positivo de las restricciones de circulación que nos trajo la pandemia y, sobre todo, son personas que hoy siguen con nosotros y familias que no están sufriendo una pérdida”.
No obstante, advirtió que “si queremos mantenerlas debemos ser muy responsables a la hora de circular, respetando la velocidad máxima, no consumiendo alcohol y usando el cinturón de seguridad, no solamente quienes se mueven en automóviles. Todas las personas que viajen en micros o minibús también deben usarlo porque, además de ser obligatorio, es la forma de cuidar su vida”, añadió el funcionario.
“Nosotros vamos a seguir controlando como hemos hecho durante esta temporada, donde ya fiscalizamos más de 103.000 vehículos, porque nuestro objetivo siempre es cuidar la vida de las personas”, agregó.
A su vez, el director de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, remarcó el hecho de que “las 23 Provincias y a la ciudad de Buenos Aires” tuvieran al 14 de enero consolidadas las estadísticas oficiales del año anterior, señalando que “es algo que nunca había sucedido en la Argentina y demuestra que el trabajo federal y comprometido es el camino a seguir”.
Destacó que “la reducción casi a la mitad de los fallecidos implica más de 2.000 vidas salvadas y decenas de miles de heridos que se evitaron: hoy hay muchas familias argentinas que no lloran por la pérdida de un ser querido y eso no tiene precio”.
Y apuntó que “para adelante debemos seguir trabajando con ese objetivo, para que en Argentina haya más educación vial, más controles, más campañas, mejores vehículos, mejor infraestructura y mejores leyes, para que la nueva normalidad no sea un retorno a las estadísticas de años anteriores”.
“En suma, para que la seguridad vial no sea un tema privativo de especialistas, funcionarios o familiares de víctimas sino para que integre la agenda de todas las familias argentinas y esté entre sus preocupaciones centrales ya que, insisto, nada mata más jóvenes en nuestro país que los siniestros viales”, concluyó.