El golfista argentino Ángel Cabrera fue arrestado en Río de Janeiro por las autoridades locales: desde agosto de 2020 pesaba sobre él un pedido de captura internacional, tras la denuncia por violencia de género de su expareja, Cecilia Torres Mana.
A pesar del pedido de la fiscal de la Cámara II en lo Criminal y Correccional de Córdoba, Laura Batistelli, en línea con la solicitud que ya había presentado el fiscal de Violencia Familiar de Córdoba, Cristian Grifffi, el ganador del US Open 2007 y del Masters de Augusta en 2009, de 51 años, se había mantenido en competencia en el circuito senior de Estados Unidos. Desde allí había dado entrevistas a medios internacionales y en octubre, incluso, se había sometido a una intervención en su muñeca izquierda. Pero la policía federal de Brasil lo encontró en la zona de Leblon, al Sur de Río de Janeiro, y resolvió detenerlo, según informó el diario O Globo.
Cabrera había arribado al país sudamericano el pasado 31 de diciembre, luego de haber permanecido con visa de turista en Illinois, Estados Unidos. El visado se le vencía el 31 de enero, por eso abandonó territorio norteamericano. Durante su recorrido en el exterior evitó presentarse en Argentina a audiencias importantes, a partir de las denuncias en su contra; es decir, para estar a derecho.
La última gran denuncia que implica al golfista tuvo su punto de inicio en diciembre de 2016 cuando, según la instrucción del expediente, su expareja, la policía Torres Mana, lo denunció por “maltratos y golpes de puño en la cara”. Carlos Nayi, asesor letrado de la denunciante, le había indicado en agosto que el golfista cordobés estaba a punto de enfrentar un proceso de enjuiciamiento ante la Cámara Segunda del Crimen en dos causas acumuladas por violencia de género en contra de su representada, una por “lesiones leves calificadas y amenazas”, del 2017, y otra por “lesiones leves calificadas y hurtos” de 2018.
Pero en total son tres las mujeres, todas exparejas, que lo denunciaron. Silvia Rivadero, ex esposa y madre de sus dos hijos, tiene radicada en la fiscalía de Violencia Familiar de Córdoba una denuncia por amenazas, mientras que su exnovia desde 2014 a 2016, Micaela Escudero, le inició otra causa en la misma fiscalía por amenazas y coacción donde dijo que el golfista la había zamarreado. Según apuntó O Globo, el pedido de detención con fines de extradición fue realizado por la Oficina Central Nacional de Interpol en Brasilia.