Un rabino que estuvo a cargo de una sinagoga del barrio porteño de Colegiales fue imputado por haber abusado sexualmente de dos adolescentes entre 2010 y 2018, pero, al enterarse de la acusación y ser llamado a indagatoria, se fugó, por lo que se dictó su orden captura nacional e internacional, informaron fuentes judiciales.
El sospechoso es Marcelo Daniel Krawiec, de 44 años, quien se cree puede encontrarse en Israel en base a publicaciones que realizó en redes sociales luego de tomar conocimiento del inicio de la causa judicial y es buscado por Interpol por los hechos ocurridos en la sinagoga y en su domicilio, según consta en el expediente.
El proceso se inició a partir de la declaración de una de las víctimas en septiembre último ante la Unidad Fiscal Especializada de Violencia de Género contra las Mujeres (UFEM), que en estos casos auxilia a otros magistrados.
Uno de los jóvenes, actualmente de 26 años, relató que los hechos ocurrieron entre 2010 y 2012, cuando él tenía entre 16 y 18 y concurría a la sinagoga de Colegiales y también a la casa de Krawiec, también en el barrio de Colegiales.
El joven contó que en varias ocasiones había sufrido tocamientos por parte del rabino, quien había creado un fuerte lazo espiritual y afectivo con la víctima, que hacía las veces de su secretario, ordenaba la oficina, cuidaba a sus hijos o se ocupaba de cuestiones administrativas de la sinagoga.
Krawiec le decía que se consideraba su «hermano mayor», ubicándose como una figura paterna para el joven, quien había sido abandonado por su papá y se encontraba vulnerable por la enfermedad de un hermano.
Debido a que vivía en el partido bonaerense de San Isidro, el joven se quedaba a dormir los viernes en la casa del rabino, ya que, como comenzaba el shabat, debía abstenerse de viajar, lo cual era aprovechado por el líder religioso para cometer los abusos, según relató.
Pasado un tiempo, la víctima se animó a contarle lo sucedido a un amigo, dejó de concurrir a la sinagoga y el año pasado, tras realizar terapia y enterarse de que Krawiec se encontraría a cargo de grupos de jóvenes en Jesuralén, decidió formalizar la denuncia en la UFEM patrocinado por la abogada María de los Ángeles Giménez y dar aviso a organizaciones judías de Israel y Estados Unidos.
También concurrió a la justicia otro joven que sufrió hechos similares entre 2016 y principios de 2018, cuando también tenía entre 16 y 17 años, pero, por el «modus operandi», los investigadores creen que puede haber más víctimas, por lo que solicitan que en caso de ser así se presenten en la causa.
Para la fiscal interviniente en el expediente, Silvana Russi, los hechos tuvieron como contexto «la relación asimétrica de poder» entre Krawiec y sus víctimas, aprovechando que eran menores de edad y fundamentalmente «su calidad de guía y líder espiritual de los nombrados, con quienes creó un estrecho vínculo afectivo hasta lograr obtener su total confianza». Tras las declaraciones y otras pruebas, Russi solicitó la declaración indagatoria del sospechoso, la cual fue concedida por el juzgado en lo Criminal y Correccional 18, a cargo de Pablo Ormaechea.
La defensa, por su parte, apeló esta decisión ante la Cámara en enero, pero la misma fue rechazada y quedó firme tanto el llamado a indagatoria como el pedido de captura nacional e internacional contra el rabino, quien en 2019 se fue a vivir a Israel, pero ingresó a la Argentina el 17 de noviembre pasado y volvió a salir el 24 del mismo mes, según los registros de la Dirección Nacional de Migraciones.