La vacunación contra el coronavirus es un “tema de Estado” y la vacuna Sputnik V “ha tenido una muy buena eficacia y no hubo efectos adversos graves” dijo el médico Raúl Sánchez, director del hospital Gabriela Carriquiriborde, de la localidad de Témperley, donde hace nueve días se inició la inmunización de los docentes bonaerenses de riesgo, de cara al regreso de las clases presenciales. “Este es un hospital de IOMA que abrió a mitad del año pasado, en el pico pandémico y donde atendimos durante el año casos graves incluso de terapia intensiva”, agregó Sánchez.
“Afortunadamente, a fin de año pasado llegó la noticia de la vacuna contra el coronavirus, que es la forma más adecuada de enfrentar la pandemia. Este lugar dio inicio para vacunar a la población docente de alto riesgo, por lo cual estamos con la campaña hace nueve días y con bastante adhesión, a pesar que de hubo una cierta tendencia a desprestigiar la vacuna, pero estamos entre 70 a 80 docentes diarios que se vacunan”, amplió el director del Carriquiriborde.
Sanchez explica que la provincia de Buenos Aires distribuyó en el hospital que dirige “entre 250 y 300 dosis, con las que llegaron hoy, y que se conservan con estricto control de seguridad y cámaras de control”.
El profesional añade que la vacunación con el vector Sputnik V “ha tenido una muy buena eficacia y no hubo efectos adversos de gravedad hasta ahora. Es bastante segura la vacunación que se está brindando”, sostuvo.
“Ya son cerca de 300 los vacunados -amplía- y creo que van a hacer otra remesa similar y a fin de mes serán muchos más, según la llegada de las vacunas desde Rusia”. Respecto a la inscripción de los docentes para la vacunación, el médico expresó que “simplemente hay que anotarse en la página que asignó el Ministerio de Salud, y estimo que se irán agregando otros lugares para que todos tengan la dosis adecuada”.
Sobre el proceso de inmunización, explicó que en las dos primeras postas hay una certificación de la persona, luego un cuestionario con una declaración jurada y los docentes son vacunados en tandas de cinco personas, a quienes se les da un certificado y durante 26 a 30 minutos se controla un eventual efecto adverso.
“Esto es un tema de Estado en el que tenemos que estar todos mancomunados y los que hemos pasado situaciones tan dramáticas nos parece fundamental que todos sumemos esfuerzos para que tenga una cristalización como corresponde y podamos volver a tener una vida natural y tranquila”, concluyó.
En tanto, Noelia Zalazar, docente de matemáticas de secundaria y que se acababa de vacunar en el hospital, dijo a Télam que “este es un acto de respeto a la docencia, ojalá nuestros compañeros estén vacunados cuanto antes, así como nuestros alumnos y familiares, esto es inmunidad para todos”.
Noelia, incluida en el grupo de riesgo por la obesidad que se manifestó luego de un embarazo, agregó que se anotó “por internet” y se siente “bendecida de tener la posibilidad de que estemos vacunados”.
“Tengo muchas ansias de volver a las clases presenciales, fue un año complicado. Los alumnos necesitan que uno esté explicándoles. Fue complicado estar encerrados cuidándoos y cuidando a nuestros seres queridos”, agregó a Télam.
Por su parte, Miguel Pacheco, docente de escuela técnica secundaria, se manifestó “contento de haberme dado la primera dosis, porque todos estos meses estuvimos pasándola mal, pensando que podíamos contagiar a alguna persona querida. Yo tengo enfermedad cardiovascular e hipertensión, así que es un alivio enorme vacunarme”.
Explicó que tuvo “muy buena atención, te explican todo y ahora estamos esperando por si tenemos algún síntoma raro, por suerte hasta ahora ninguno (…) el primero de marzo seguro vendré a ponerme la segunda dosis”. Según Miguel, “la mayoría de los docentes queremos ir presencial, porque es lo que necesitamos nosotros y los chicos; es una alegría y ojalá puedan venir todas las vacunas y terminar esta pesadilla. Estamos cerca y hay que seguir cuidándonos”, concluyó.