Un hombre denunció que dentro de una clínica de IOMA en el partido de Lomas de Zamora le robaron el celular iPhone a su esposa, quien falleció de coronavirus.
La víctima, una empleada municipal llamada Silvana Vega, fue internada en el Hospital Gabriela Carriquiriborde, de IOMA, el 29 de febrero porque tenía coronavirus y “por una neumonía no estaba saturando oxígeno”, relató el viudo, Andrés Valdéz.
El hombre de 47 años contó que desde que la mujer, de 45, ingresó al centro de salud bonaerense todos los miembros de la familia hablaron por teléfono con Silvana.
“El lunes siguiente le mandé un mensaje a las 8:00 y no respondió. Lo mismo le pasó a otros familiares, que me avisaron de esa situación. Entonces, la llamé, pero tampoco me atendió. Ahí decidí ir a la clínica para saber qué estaba pasando”, señaló Valdéz, también empleado de la Municipalidad de Lomas de Zamora.
Y agregó: “Cuando llegué, me dijeron que después me iban a dar el parte médico. Insistí, porque yo no quería el parte, sino saber cómo estaba mi mujer. Después me terminó atendiendo el médico, que me dijo que tuvieron que inducirle el coma y la llevaron a terapia intensiva”.
Finalmente, desde el centro de salud se comunicaron el 8 de febrero con Valdéz para informarle que Silvana Vega “tuvo una complicación y falleció de un paro cardíaco”.
Tras la terrible pérdida, el hombre se sorprendió cuando notó que le devolvieron las pertenencias de su esposa, pero faltaba el iPhone 6s con el que se comunicaba.
“No estaba el celular, ni el cargador, ni los auriculares. Me dieron todo en una bolsa de residuos y cuando le pregunto por el teléfono al enfermero que me la dio, me respondió que no sabía. El de seguridad llamó a la jefa de enfermeras, pero me dijeron que no sabían nada”, indicó el denunciante.
Y agregó: “Después apareció el director, que se disculpó, dijo que iba a tratar de resolver el problema y se iba a comunicar conmigo cuando tuviera novedades. Hice la denuncia en la comisaría, después de que los policías me dieran mil vueltas para tomar el caso”.
Lejos de plantear la búsqueda de un mero aparato electrónico, Valdéz subrayó que la importancia del iPhone de Silvana radica en que “ella administraba todas las cuentas de la casa: usuarios y claves de bancos, pago de servicios, tarjetas”.
“El teléfono desapareció cuando la llevan de la habitación 115 a la terapia intensiva, a donde nunca llegó el celular. No había acceso público: sólo acceden a esas zonas los trabajadores del hospital”, remarcó.
Y concluyó: “Se están cubriendo entre ellos, porque no me quieren dar la nómina de empleados que estaban en ese momento”.