Con una durísima carta, el fiscal de Morón Javier Baños anunció su renuncia al cargo que ocupa desde 2005. El funcionario dio a conocer su dimisión con un texto, en el que se despacha con una serie de cuestionamientos de larga data al funcionamiento del Ministerio Público de ese Departamento Judicial.
“Hay una serie de arbitrariedades que vienen de larga data y continúan”, señaló Baños en conversación telefónica con este medio. Se refirió a decisiones que tomó en su momento el anterior fiscal general Federico Nieva Woodgate, actualmente suspendido acusado de delitos de lesa humanidad, y que denunció ante la Procuración General de la provincia de Buenos Aires.
Cuando Primer Plano Online le pidió que ejemplifique los motivos puntuales, Baños graficó con una de las últimas determinaciones tomadas en Morón. “Desarticularon las Unidades Fiscales de Investigación y Juicio (UFIyJ), que permitían que el mismo fiscal que investigaba un caso sea el que después sostenga la acusación en el juicio. Ahora, un fiscal es el que hace la instrucción y otro el que debe sostener la acusación en un debate por algo que no investigó”, precisó.
Yendo estrictamente al texto de renuncia, el funcionario redactó que se resistía “a aceptar que la ilegalidad, la injusticia y la arbitrariedad fueran administradas desde los supremos órganos supuestamente encargados de velar por el cumplimiento de la ley y garantizar la justicia”. En rigor, fundaba de esa manera la presentación realizada el 17 de julio pasado, con la que denunciaba una serie de irregularidades en el Departamento Judicial Morón que la Procuración desestimó. En el texto enumeró diez puntos concretos.
Para Baños, las resoluciones que cuestiona “agudizan la afectación oportunamente denunciada a los derechos de las víctimas”, en lo que considera una violación a lo que indica el artículo 83 de la Ley 11.922 (capítulo referido a derechos y facultades de las víctimas de delitos).
Y cierra: “es una decisión preñada de dolor individual pero también colectivo en términos ontológicos, pues el deterioro de las más sagradas premisas jurídicas significa un deterioro de las condiciones objetivas en que una sociedad se desempeña con mayor o menor éxito”.
Fuente: Primer Plano Online