Tres hombres, dos de ellos sobrevivientes de la última dictadura militar, relataron ante la justicia federal de La Plata -que juzga a 17 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz- cómo el régimen dictatorial se ensañó, persiguió y torturó a trabajadores.
Se trata de Nicolás Barrionuevo, delegado gremial de la fábrica Saiar; Oscar Pellejero, miembro del sindicato no docente de la Universidad Nacional de Luján, ambos sobrevivientes de secuestro y torturas; y Sixto García, hermano de Silvano García, delegado gremial de la Federación Argentina de Trabajadores Rurales (FATRE), que está desaparecido.
Los tres hombres declararon hoy ante el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, que desde el 27 de octubre último juzga a los represores por los secuestros, torturas, crímenes y abusos sexuales cometidos contra casi 500 víctimas alojadas en los centros clandestinos de detención conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno, en Lanús.
Nicolás Barrionuevo contó que el mismo día del golpe de Estado los militares tomaran la fábrica Saiar y el 3 de abril irrumpieron fuerzas represivas en su casa y se lo llevaron, situación que presenció su hija de 4 años.
“Al ingresar a la fábrica, Saiar llevaba 30 años de producción plena, y como integrante del Cuerpo de Delegados nuevo buscamos la aplicación de la Ley de Seguridad Industrial y peticionamos un plus por la producción para todos los trabajadores, un comedor, el respeto al horario y ayuda para los compañeros que habían perdido un dedo, o una mano por el balancín y a partir de eso exigimos los elementos de seguridad previstos en la ley”, detalló Barrionuevo.
El hombre reflexionó que “eso nos condenó, los patrones nos condenaron por eso”, en referencia a la connivencia del sector empresarial con las fuerzas armadas. Recordó que estuvo cautivo en el Pozo de Banfield, donde fue torturado “en la parrilla” y que “en todo el tiempo que estuvimos allí nunca tuvimos ni siquiera una lona para dormir y si bien había un baño a él nos llevaban cuando ellos querían no cuando nosotros lo necesitábamos”.
Oscar Pellejero, miembro del sindicato de no docentes de la Universidad Nacional de Luján, contó: “El 25 de marzo a la noche, me sacan de mi casa personal del Ejército y nos llevan encapuchados hasta la autopista, a la salida de Luján, donde nos hacen un simulacro de fusilamiento”. “Nos trasladan a Puente Doce y esa misma noche nos cargaron en otra camioneta a un grupo de gente grande y nos llevaron a lo que luego supimos que era el Pozo de Banfield, ahí si se torturaba gente, se sentía, pero a nosotros nos amenazaban con que nos iban a torturar”, relató.
Recordó que en ese centro clandestino el médico de la policía Jorge Bergés, uno de los imputados en este juicio, “nos revisaba individualmente y nos daba dos pastillas para dormir y dos cigarrillos”.
Finalmente, Sixto García, hermano de Silvano José García, contó la persecución que sufrió su hermano, delegado gremial de la Federación Argentina de Trabajadores Rurales (FATRE), quien trabajaba y vivía en la granja San Sebastián. “Mi hermano era un hombre respetado y muy comprometido, nunca retrocedía, ni un paso atrás, y, cuando supo que estaban como se decía ´chupando´ trabajadores, llevó a su familia a casa de una hermana, pero él regresó a la Granja San Sebastián, a pesar del peligro que sabía corría”, dijo.