Más de 250 personas privadas de libertad alojadas en 14 cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense iniciaron la segunda de una serie de encuentros donde la vida de la adolescente Ana Frank sirve de disparador para reflexionar sobre los derechos humanos, la libertad, la discriminación, el racismo, la xenofobia, la violencia de género y la tolerancia, entre otros valores.
Se trata de un programa acordado entre el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y el Centro Ana Frank Argentina, que tuvo y tendrá impacto en cárceles de La Plata, Olavarría, San Nicolás, Dolores, Junín, Bahía Blanca, Mar del Plata, Magdalena, San Martín, Florencio Varela y Campana.
En el primero de los encuentros de la segunda fase del programa un grupo de jóvenes adultos de la Unidad 57 de Campana abordaron la vida de Ana Frank a través de la lectura de su diario y la proyección del documental “La corta vida de Ana Frank”. Por otra parte, en las Unidades 2 de Sierra Chica y 6 de Dolores las integrantes del Centro Ana Frank Argentina, Wanda Holsman, Carolina Gotfrid y Victoria Penas acompañaron a los internos en un recorrido biográfico que les posibilitó despejar sus dudas acerca del holocausto y el contexto histórico en que se desarrolló la vida de la adolescente víctima del régimen nazi.
Cada uno de los encuentros se dividió en dos partes. A partir de la proyección del documental y al abordaje del diario de Ana Frank, se realizó un recorrido virtual del escondite donde la joven se refugió junto a su familia y a partir de allí, los presentes lograron reflexionar acerca de conceptos como el racismo, la intolerancia y la xenofobia.
Luego, se organizaron debates acerca de los tipos de violencia y el rol que cada uno puede adoptar para su prevención. “Cuando entendemos que todos ocupamos un rol cuando hay violencia, tenemos la posibilidad de elegir que hacer frente a eso”, destacó Victoria Penas.
“Nos llamó la atención como a temprana edad, Ana Frank pudo reflejar en su diario ideas tan profundas que permiten que hoy sigamos hablando de problemas sociales profundos”, destacó Joaquín, uno de los internos que asistió al encuentro. “El principal problema es que pensamos como personas en forma individual y no como sociedad”, agregó Matías, otro de los participantes.
En las distintas jornadas, los presentes también debatieron sobre los roles que pueden adoptar las personas en contextos problemáticos y la importancia del accionar personal en la realización de cambios sociales. En ese sentido, la Directora de Vinculación, Gestión y Planificación de Políticas Institucionales del Servicio Penitenciario Bonaerense, Valeria Sampayo, indicó que esta actividad que hoy recorre distintas cárceles “genera espacios de reflexión donde las personas privadas de su libertad pueden expresarse libremente e intercambiar opiniones acerca de cómo todos podemos contribuir a tener una sociedad mejor”.
En tanto, una de las coordinadoras del programa de Jóvenes adultos que pertenece a la Dirección General de asistencia y Tratamiento, Andrea Khourian, remarcó el interés generado en los internos por conocer más sobre la historia de Ana Frank, y destacó que fueron ellos mismos quienes se encargaron de buscar películas y bibliografía relacionadas con el tema. La experiencia se desarrolla de manera virtual en las Unidades 1 Olmos, 2 Sierra Chica, 3 San Nicolás, 4 Bahía Blanca, 6 Dolores, 13 Junín, 9 La Plata, 15 y 50 Batán, 28 y 51 Magdalena, 45 de Melchor Romero, 47 San Martín, 54 Florencio Varela y 57 Campana, y en la Escuela de Cadetes del Servicio Penitenciario Bonaerense.
Un programa que inició en 2020
Como se recordará, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, firmó un acta acuerdo con el Centro Ana Frank Argentina, representado por Héctor Shalom, y con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos, para comenzar a dictar talleres de concientización sobre la violencia de género en unidades penales y en la Escuela de Cadetes del Servicio Penitenciario Bonaerense.
“Hay que trabajar en la esperanza, entonces si logramos que entren a las unidades instituciones como el Centro Ana Frank, ese camino va a ser más rápido”, puntualizó Alak tras la firma del convenio. El acuerdo se firmó en el marco del programa de lucha contra la violencia de género “Convivencia inclusión y género. Vínculos y perspectiva de futuro”, una propuesta que busca concientizar en derechos y otorgar herramientas para reducir la conflictividad en contexto de encierro. “Este proyecto piensa en construirles un sentido de vida“, destacó Héctor Shalom.
La primera etapa del programa se dictó de manera semanal durante 90 minutos con talleres de reflexión, escritura, literatura, monólogos y teatro, de manera virtual en las Unidades penitenciarias 1 Olmos, 4 Bahía Blanca y 9 La Plata. A través de los talleres, se brindaron recursos para reflexionar y transmitir aprendizajes e ideas, utilizando metodologías innovadoras para generar actitudes positivas en los destinatarios, en cuanto a Derechos Humanos y derechos de la mujer para prevenir la violencia de género.
La intención fue generar empoderamiento ante la violencia de género, incluyendo historias de vida, procesos de detección temprana, situaciones frecuentes, derechos específicos, relación con pobreza, embarazos tempranos y violencia doméstica, femicidio, intimidad, dominación, agresión, abuso, campañas de prevención y sensibilización, entre otros. El proyecto incluye la producción de relatos de los privados de libertad que serán publicados en una revista y la presentación de obras de teatros escritas y actuadas por los participantes.
Participaron de la firma del acta acuerdo el Embajador del reino de los Países Bajos, Roel Nieuwenkamp; la coordinadora del programa, Noami Szulman; el Ministro de la Corte Suprema de Justicia y presidente del centro académico Ana Frank, Sergio Torres; el subsecretario de Política Penitenciaria, José González Hueso; el Jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense, Xavier Areses y Valeria Sampayo, a cargo de la Dirección de Vinculación y Planificación de Políticas Institucionales.