Un sujeto fue detenido ayer acusado de estupro contra su propia hija, una adolescente de 14 años con quien mantenía relaciones sexuales consentidas.
Los hechos se conocieron cuando el pasado 20 de agosto YG mamá de la víctima (las identidades se ocultan para preservar a la menor), se presentó en la Comisaria de la Mujer y la Familia de Berazategui para denunciar a su expareja y padre de la menor, ya que había encontrado en el celular de esta última mensajes de texto en donde mantenía conversaciones de índole sexual con el hombre.
En los chats, según constataron luego los investigadores, se detallaba como padre e hija mantenían relaciones sexuales en el domicilio de este, mientras su actual pareja se retiraba de la vivienda con sus demás hijos. Esos encuentros sexuales, agregaron las fuentes, se daban cuando la menor visitaba a su progenitor.
En consecuencia, tras reunir el material probatorio, la Justicia ordenó un allanamiento al domicilio contra el sindicado, identificado como JC quien pudo ser detenido en las inmediaciones de las calles Francia y Dardo Rocha, en Quilmes.
Fuentes del caso indicaron que la menor no conoció a su padre hasta los 12 años. Tras contactarlo por redes sociales, iniciaron una relación que derivó en los encuentros sexuales, algo que fue probado por el Reconocimiento Médico Legal al que la adolescente fue sometida, el cual determinó un desfloramiento de larga data en ella. En el caso interviene la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 8, al mando del doctor Alejandro Ruggeri, quien avaló los procedimientos y caratuló la causa “estupro agravado por el vínculo”.
El estupro es un delito contra la integridad sexual, que se produce cuando las víctimas tienen entre 13 y 16 años. Para que ese delito exista se deben dar dos condiciones en la víctima: la edad (entre 13 y 16 años) y su falta de madurez sexual.
El estupro, entonces, es aprovecharse de la inmadurez sexual de un menor entre los 13 y los 16 años, donde se seduce a la víctima y donde no hay una relación sexual forzada, sino consentida.
Ese consentimiento es estimado por la ley como “completamente viciado”, precisamente porque se entiende que entre los 13 y los 16 años la persona no es lo suficientemente madura como para entender los alcances de una relación sexual con un hombre mayor de edad.