David Horacio Nillini, esposo de Inés María Pedemonte, desaparecida durante la última dictadura cívico militar aseguró que lo ocurrido en aquellos años con el secuestro, torturas y asesinatos “es igual a lo que hicieron los nazis”, al declarar este martes el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que juzga a 17 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz.
“Pasaron 45 años de este hecho, la herida no está cerrada. Un pueblo es similar a un cuerpo humano, mientras persiste la enfermedad no hay curación”, expresó el hombre ante los jueces, a quienes planteó la necesidad de una “reparación histórica e individual, pero también para el colectivo” de la sociedad argentina en relación a los crímenes del terrorismo de Estado.
Nillni mostró dos fotos de su mujer y remarcó que “no es solo una foto, ella era una persona que sentía, que amaba, era una militante de base que soñaba con un mundo mejor”.
“Hoy declaro como testigo de la desaparición forzada de Inés Pedemonte para que esto no quede en el olvido, para mantener vivo el mensaje de los desaparecidos de un mundo mejor”, indicó con emoción.
El testigo recordó que los militantes desaparecidos luchaban por un mundo mejor que implica “buena educación, salud, derecho a vacaciones dignas, a un trabajo para llevar el pan todos los días, a caminar tranquilo por las calles, a descansar bajo un techo seguro y con una cama caliente, sentir que la vida es hermosa y posible de disfrutar”.
Inés Pedemonte, quien trabajaba en la obra social bonaerense IOMA, fue secuestrada el 8 de octubre de 1976, y tras ese hecho, David se exiló en Israel junto con su hijo, Sergio.
“Cuando una persona es desaparecida forzosamente es igual a lo que hicieron los nazis, y es algo de lesa humanidad”, remarcó.
Durante esta jornada también declaró Cristina Jurado, hermana de Graciela Jurado, desaparecida el 5 de octubre de 1976. “Mi hermana al momento del secuestro tenía 30 años, cumplía 31 el 18 de noviembre, pero no sabemos si llegó a cumplirlos”, expresó con pesar.
Otra declaración
También declaró Gustavo Carrizo, extrabajador de la empresa Saiar, pero solicitó al Tribunal que no se transmitiera su testimonio, lo que fue aceptado por los jueces y las partes. El hombre es uno de los trabajadores de esa firma que fueron secuestrados y llevados al Pozo de Banfield y a la Brigada de Lanús con asiento en Avellaneda, hecho que se presume contó con la complicidad de la empresa, tal como lo declaró el periodista Horacio Verbitsky al brindar testimonio en este juicio en diciembre de 2020.
El periodista y escritor dio detalles sobre la responsabilidad de la patronal en el secuestro de trabajadores de la empresa Saiar, varios de los cuales están desaparecidos, y en especial sobre el secuestro del obrero Luis Adolfo Jaramillo, uno de los hechos juzgados por el TOF 1.
Esta información fue investigada por el periodista, que escribió una nota al respecto hace 29 años y luego incluyó esa información en un libro, titulado “Cuentas Pendientes”, que aborda el tema de la complicidad empresarial con el terrorismo de Estado.
Explicó que para su investigación entrevistó a trabajadores de la firma Saiar y también a un ex gerente de la empresa, quien le detalló que en 1975 “un grupo de empresarios representantes el Conurbano fueron citados a una reunión en el Edificio Libertador, sede del Comando del Ejército, donde en una sala y con una gran mesa los militares pidieron y los empresario suministraron los datos para la represión”.
El TOF 1, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, comenzó a juzgar al ex ministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart; al exdirector de Investigaciones de la Policía bonaerense, Miguel Etchecolatz; el exmédico policial Jorge Antonio Berges y a los imputados Federico Minicucci; Carlos Maria Romero Pavón, Roberto Balmaceda y Jorge Di Pasquale.
También juzga a Guillermo Domínguez Matheu; Ricardo Fernández; Carlos Fontana; Emilio Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo Samuel de Lío y Alberto Condiotti.