El obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, junto con el obispo electo de Avellaneda-Lanús, Marcelo (Maxi) Margni, peregrinaron a Luján en el 45º aniversario de fundación de la Diócesis de Quilmes. Tissera dio “gracias porque seguimos fortaleciendo nuestro sistema de vida democrática” y por “una recuperación socioeconómica” que no deje excluidos.
En su homilía, el Tissera recordó al primer obispo de Quilmes, Jorge Novak: “Como lo hiciera el Padre Obispo Novak, en los tiempos tenebrosos de la dictadura militar o en años de grandes crisis económicas que causaban el hambre del pueblo, acudiendo a los pies de la Virgencita de Luján, también nosotros venimos implorando la salud, el pan, el trabajo y la paz para nuestro pueblo argentino”.
Agradeció asimismo que ‘Maxi’ Margni, obispo electo de Avellaneda-Lanús, el próximo viernes 24 estará iniciando su ministerio episcopal en esa Iglesia.
Monseñor Tissera también pidió “por tantas familias que viven las consecuencias dolorosas y tristes de la pandemia, agravadas por una realidad de pobreza de varios años, necesitados urgentemente de la creación de fuentes de trabajo. Queremos dar gracias porque seguimos fortaleciendo nuestro sistema de vida democrático, luchando por una patria más justa, menos desigual, con más oportunidades, y trabajando por una recuperación socioeconómica en la que nadie quede excluido”.
Recordó asimismo a “tantas hermanas y tantos hermanos que durante la larga pandemia han estado y están al servicio de todos, cada uno en su campo y especialidad, en el aspecto sanitario, en lo alimentario, en la seguridad, y procurando la participación de todos en la defensa de los derechos elementales de la persona humana”.
Durante la misa, el obispo Tissera obsequió un báculo a Marcelo Margni, en nombre de toda la Diócesis de Quilmes, para su nueva misión episcopal.