Familiares y amigos de Daniel Altamiranda, asesinado el pasado 6 de agosto en una metalera ubicada en la calle 833 y el arroyo Las Piedras cuando tres malvivientes entraron a cometer un robo, reclamaron el viernes en los Tribunales Penales de Quilmes.
Piden celeridad a la causa y que la fiscal Karina Gallo investigue el caso, ya que no hay detenidos por el caso.
Uno de los delincuentes “agarró del cuello al sobrino de Daniel que estaba trabajando” en el local, relató Natalia. “Le decían que estaba robado, que sabían que había plata adentro. Dámela, le decían”, contó su esposa. Al escuchar los gritos, Natalia llamó a su marido que estaba en la planta alta de la vivienda haciendo unos trabajos de albañileria, junto a la nena de tres años.
“No alcanza a bajar que le dicen-quedate quieto-él ni se movió, pero igual le pegaron un disparo en el pecho a muy poca distancia. Me lo mataron como un perro, y ahí nomás cayó al piso, giró la cara y cerró los ojos”, remarcó la mujer.
“Yo les decía que no había nada”, dijo Natalia, pero nada importó, aún así los delincuentes dispararon. En medio del llanto de la menor que gritaba “Papá, papá” , y de la lluvia de balazos que los sobrevoló segundos después, ya que “los delincuentes siguieron disparando”, Natalia contó a este medio que “quedó aturdida, y es muy poco lo que recuerda” del dramático episodio.
A poco de cumplirse noventa días, del asesinato de su marido, la Justicia no tiene respuestas para Natalia. “No se sabe nada”, sentenció. “Seguimos con este dolor, lo único que quiero es que se haga Justicia por él”, dijo.