Se reanudaron ayer las audiencias del Juicio que investiga los delitos de Lesa Humanidad cometidos en los ex centros clandestinos de detención Pozo de Quilmes, Pozo de Banfield e Infierno de Avellaneda.
En la mañana tuvo lugar la audiencia número 54 con el testimonio de Pedro Cerviño, quien compartió cautiverio con Nélida Azucena Sosa de Forti durante su paso por un centro clandestino de detención en Tucumán.
En diciembre pasado prestaron testimonio Alfredo, Renato y Guillermo Forti, hijos de Nélida, quienes fueron secuestrados junto a ella cuando tenían 16, 13 y 8 años. Por sus declaraciones y la de otros sobrevivientes se sabe que estuvieron secuestrados en el Pozo de Quilmes entre el 18 y el 23 de febrero de 1977. Los niños fueron liberados y Nélida fue trasladada a Tucumán. Permanece desaparecida desde entonces.
El juicio continuará de manera virtual y puede seguirse a través del Canal de Youtube de La Retaguardia https://www.youtube.com/user/laretaguardia o las redes sociales de la Comisión Provincial por la Memoria.
El recuerdo a un militante
El sábado 22 de enero y luego de una penosa y larga enfermedad, sumado a su contagio con COVID, falleció en Italia el ex detenido por la dictadura cívico militar, Jorge Allega. El Colectivo Quilmes Memoria, Verdad y Justicia expresó “una profunda tristeza ante la pérdida de un integrante del espacio. Jorge estuvo secuestrado en el Pozo de Quilmes en dos oportunidades entre los meses de octubre de 1977 y febrero de 1978. Su cautiverio duró más de un año y medio atravesándolo, a su vez, por otros centros clandestinos de detención”, se informó en un comunicado.
“Comenzó a dar testimonio del horror vivido apenas regresó la democracia en nuestro país, en el Juicio a las Juntas Militares en 1985. De ahí en más, en cada juicio donde se denunciaran las violaciones a los derechos humanos y fuera llamado, él estaba presente. Su entereza y su solidaridad lo llevaron a visitar a las familias de las víctimas con quienes había compartido cautiverio y continuaban desaparecidas para contarles vivencias compartidas, sabiendo que con aquellos relatos se aplacaría por algún instante la ausencia del ser querido”.
“Jorge Allega debía testimoniar este año en el juicio de las Brigadas por su secuestro en el Pozo de Quilmes, pero no pudo hacerlo. Su vida se apagó lejos de aquí. Para este entrañable compañero la Justicia llegó tarde y es responsabilidad de un poder judicial extremadamente lento con los delitos de Lesa Humanidad. El péndulo del tiempo hace que la justicia se convierta en impunidad. Acompañamos a su familia y a su hermano Luis (también sobreviviente) en este triste desenlace, sabiendo que donde esté su alma seguirá reclamando justicia por los 30.000 detenidos desaparecidos”, agregó el Colectivo.