Una concesionaria de autos y una carnicería de la zona sur de Rosario decidieron bajar las persianas y cerrar definitivamente tras ser atacadas a balazos en el marco de una seguidilla de violentas extorsiones a comercios. Tanto la concesionaria como la carnicería ya habían sido tiroteadas la semana pasada por personas que se desplazaban en motos.
La carnicería que cerró esta mañana está ubicada en Seguí y Lavalle y la decisión fue adoptada por el propietario tras la agresión, anoche, por segunda vez en poco más de una semana.
Sergio, el propietario, dijo que decidió cerrar porque no quiere que su comercio, que lleva 12 años en el barrio, se transforme en escenario de una tragedia.
“Me tirotearon dos veces cuando estaban las puertas puertas cerradas. Después me amenazaron con que iban a pasar a balearme con el local abierto. Entonces decidí cerrar, y más si no tengo garantías de protección”, dijo el comerciante.
A su vez, el dueño de una concesionaria que fue baleada dos veces en cinco días por extorsionadores finalmente se llevó todos los autos del local y hoy bajó persianas en forma definitiva.
El local, ubicado en boulevard Oroño al 5.500 esquina Hilarión de la Quintana, fue vaciado en horas de la madrugada y esta mañana ya lucía completamente vacío.
En la víspera, tras el segundo ataque a balazos contra el local, el dueño, David Firpo, advirtió que sin protección ni medios para poder pagar la extorsión le resultaba imposible trabajar.
“Cerré el negocio porque ya no nos puede cuidar nadie. Ese es problema. Estamos atravesando un momento muy complicado en Rosario. Llevo más de diez años en este rubro y que tengo el negocio abierto y habilitado hace cinco años. No sé qué voy a hacer ahora. Estoy muy triste por tener que cerrar con todo lo que eso implica, con la gente que se queda sin trabajo y por lo que generó con todo esto. Nunca creí que podría atravesar por algo así”, señaló.
El comerciante viene sufriendo intimidaciones exigiéndole el pago de una suma de dinero como condición para poder seguir trabajando, al mejor estilo mafioso.
Si bien en un principio se animó a desafiar públicamente las amenazas diciendo que no pagaría “ni cinco centavos”, finalmente tras el ataque de este martes decidió cerrar el local.
“Nos cansamos y cerramos, no tenemos respuestas de la justicia”, lamentó el dueño de la concesionaria ante la prensa. La extorsión es atribuida a brazos del narcotráfico que vienen desplegando una nueva modalidad delictiva en la que exigen sumas de dinero a los comerciantes rosarinos -unos 100.000 pesos por mes- para permitirles continuar con su trabajo.