El Tribunal Oral Criminal 2 de Florencio Varela continuó con el juicio a Ramón Alberto T., -un presunto Pae Umbanda- que abusó sexualmente con la complicidad de su hija -Débora Soledad T.-, de sus nietas. La próxima semana se esperan los alegatos de la fiscalía y de las defensas.
La segunda jornada, contó con varios cuartos intermedios por la emotividad de algunos relatos. Los magistrados Santiago Zurzolo Suarez, Natalia González Aguirre y Fabio Stremel escucharon la declaración de la imputada Débora Soledad T., quien narró cómo fue su infancia y adolescencia en la casa del barrio San Rudecindo. Recordó los abusos sexuales que enfrentó al inicio de su adolescencia, los cuales fueron perpetrados por el imputado Ramón T.
También sobre cómo conoció a Luis, su relación afectiva y convivencia en la localidad de Avellaneda, de la cual nacieron 5 hijos. Relató las razones que derivaron en su mudanza a un lote al lado del de sus familia; la separación de su pareja, la vuelta a los abusos por parte de su progenitor y luego las agresiones de las que fueron víctimas en 2016 y 2018 sus hijas L. y C.
La audiencia debió ser interrumpida en varias oportunidades, dado a que a lo largo de su declaración la imputada entró en un profundo llanto al contar los abusos en su adolescencia, los de su adultez y sobre los ataques sexuales a sus hijas mayores que según dijo los permitió “por el temor que le tenía a su padre.
Como perito por la defensa oficial de Débora T., expuso su informe la licenciada en psicología Urrutia quien manifestó que de las entrevistas con la imputada realizó un informe y en este la mujer de 36 años “es una víctima más de su padre”.
Por último, prestó testimonio como testigo la Lic. Camarón, que mantuvo tres entrevistas con Débora T., y remarcó que su conclusión es que la imputada es una persona cuya historia de niñez y adolescencia está atravesada por la violencia doméstica y sexual”. Se adelantó que el próximo lunes se llevarán adelante los alegatos en la sede del TOC 2 de Florencio Varela, ubicado en el barrio la Esmeralda.