Llega a su recta final el juicio contra Ramón T., un presunto pae umbanda que entre 2016 y 2018 abusó sexualmente de sus nietas con la participación de la madre de las menores Débora T., que a su vez es su hija. Para el fiscal los encartados de ser encontrados culpables deben cumplir una pena de 14 años y 6 meses y 13 años y 8 días de prisión respectivamente. La próxima semana los jueces del Tribunal Criminal Nº 2 de Florencio Varela darán un adelanto de su veredicto.
El caso que se ventiló la última semana en el tribunal ubicado en el barrio La Esmeralda de Florencio Varela, -en su momento conmocionó a la opinión pública varelense por la gravedad de los acontecimientos, el abuso sexual de dos menores-, porque entre los detenidos se encontraban la madre de las víctimas –Debora T. y su abuelo Ramón T.,- y por la utilización de una corriente religiosa africanista como excusa para cometer los aberrantes abusos.
Para el fiscal doctor Marcelo Selier, Ramón que se autodenominaba en su entorno como pae africanista debe responder como autor penalmente responsable del delito reiterado de abuso sexual con acceso carnal agravado por aprovecharse de la convivencia preexistente con un menor de 18 años de edad y suministrarle material pornográfico. En el caso de su hija Débora debe responder a esos mismos delitos pero con la calificación de partícipe necesario.
Recordemos que Ramón y Débora fueron detenidos en su casa del barrio varelense San Rudecindo en noviembre de 2018, luego de que una de las hijas de la mujer de 36 años se escapara de la vivienda familiar y denunciar los abusos que había sufrido en el mes de octubre de ese año. Producto de esa denuncia se le sumó la exposición en la justicia de la hija mayor de Débora quien relató también los ataques sexuales que sufrió en manos de su abuelo entre junio y agosto de 2016.
En los alegatos, el representante del Ministerio Publico Fiscal expuso por más de 60 minutos los elementos que surgieron en la IPP que dio curso a la causa y de los relatos brindados en las dos audiencias de debate; entre los relatos en los que basó su alegato se encontraron las expresiones de las jóvenes víctimas.
L., relató que “tenía 14 años, mi madre me dijo que tenía que comenzar con los rituales para ayudarla y al abuelo. Me obligaron a desnudarme y a acostarse desnuda en una cama junto a ellos… me hicieron ver unos videos pornográficos para que aprendiera y no me pasara nada en la calle”. “Mi abuelo me violó, lo hizo tres veces más y cuando me negué mi mamá me dijo “sos una puta””. La hoy joven de unos 21 años que estuvo presente en el marco de los alegatos, dejó la vivienda de San Rudecindo escapándose a la casa de su padre donde contó el calvario que sufría.
Tambien, el fiscal dio cuenta del relato de C. quien fue por la que se llevaron adelante las detenciones. En una en la Cámara Gesell, se la pudo escuchar a la adolescente recordando como su madre y su abuelo la obligaban a “hacer cosas feas, trabajaban con el cuerpo”. Que le compraban ropa nueva, se repetía el modus operandi que había suferido L. tiempo antes, hasta que según dijo fue obligada por su progenitora “Mi madre hizo que esté con mi abuelo, mi abuelo me abusó”.
A su turno, el defensor oficial, González Stier, representante legal de Ramón T., no cuestionó la exposición de la fiscalía, pero dejó en claro la solicitud de su defendido de que luego del veredicto se tome en cuenta sus problemas de salud.
Por su parte, la defensora oficial de Débora, la doctora Lorena Montiel solicitó la libre absolución de la mujer de ahora 36 años, y en su alegato se basó en la historia de vida de la que ante los jueces la semana pasada relató haber sido “una víctima más de su padre”, que había sido “abusada sexualmente a los 14 años y preparada para trabajar en un prostíbulo”. La defensora justificó su planteo al recordar los informes de las peritos psicólogas que vieron a Débora.
El Tribunal 2 a cargo de los magistrados Santiago Zurzolo Suárez, Natalia González Aguirre y Fabio Stremel pasó a un cuarto intermedio hasta la próxima semana, cuando darán un adelanto del veredicto contra Ramón T. y Debora T.
Últimas palabras
Luego de los alegatos, el presidente del Tribunal les brindó su derecho a los encartados antes de pasar a deliberar. Al ser consultado Ramón T., prefirió no expresar sus últimas palabreas; en cambio Débora si lo hizo aseverando “todo lo que tenía que decir ya lo dije”.
Presenció los alegatos L. una de las víctimas de Ramón T., que junto a su pequeño hijo escuchó todo lo sucedido en la última audiencia del debate. Finalizada la jornada, se vivió un momento no muy común en los debates orales, ya que la imputada por intermedio de su defensora solicitó acercarse a L., la cual lo aceptó. Luego de varios años, L., y Débora se volvieron a ver frente a frente y se la pudo ver a la encartada con lágrimas en sus ojos al ver al hijo de su hija, es decir su sobrino.
Romina Martínez Parfeniuk
@romaparfe