Ramón Raúl Romero y Norma Leanza declararon ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos contra casi 500 víctimas secuestradas en los excentros clandestinos conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Lanús.
En un relato dramático, dos sobrevivientes de la última dictadura militar contaron este martes ante la Justicia detalles de sus cautiverios en excentros clandestinos de detención, donde pudieron escuchar torturas a niños y la presencia en esos lugares de mujeres embarazadas.
Se trata de Ramón Raúl Romero y Norma Leanza, quienes declararon este martes ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos contra casi 500 víctimas secuestradas en los excentros clandestinos conocidos como Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno de Lanús.
Entre esas víctimas se encuentran 18 mujeres embarazadas que dieron a luz en cautiverio. Muchos de esos niños aún no recuperaron su identidad.
“Me hace mal recordar todo lo que pasé”, comenzó su declaración Romero, quien reconoció que su familia “tiene miedo de mi declaración, porque esta gente (los represores) están con (prisión) domiciliaria y aún deben tener poder, porque en democracia hicieron desaparecer a un testigo”, en alusión de Jorge Julio López.
El hombre es uno de los sobrevivientes del excentro clandestino de Pozo de Quilmes, tras ser secuestrado junto a su esposa Elena, en septiembre de 1977.
En su relato, contó que vio a un hombre de apellido Huero, que estaba con su esposa embarazada: “Allí escuché una cosa tremenda, la tortura a dos chicos, que por sus llantos tendrían 8 o 9 años”. “Eran criaturas….y el olor a carne quemada, me duró no sé cuánto tiempo, ese olor lo tuve en el alma mucho tiempo”, dijo reviviendo la emoción.
Por su parte Norma Leanza, quien fue secuestrada junto a su esposo y su suegro en octubre de 1977, relató su cautiverio en Puesto Vasco y en el Pozo de Quilmes: “Teníamos una pequeña militancia. Mi esposo era cineasta y queríamos filmar una película sobre los cañeros de Tucumán y por eso nos habíamos acercado a Montoneros”, explicó.
Tras estar unos días en Puesto Vasco, la mujer fue llevada al Pozo de Quilmes, donde la alojan en el pabellón de mujeres.
“Ahí sufrí tortura psicológica, cachetazos y el estar esposada con las manos a la espalda durante días. La alimentación era escasa y con los otros secuestrados hacíamos el ´Proal´, el Prode de alimentos y decíamos ´hoy viene fideos´, ´hoy viene polenta´ y eso también nos servía para saber si seguía el mismo número de secuestrados o habían llegado nuevos”, detalló Norma, quien aportó el nombre de las otras mujeres con las que compartió cautiverio.
Entre ellas, se refirió a Aida Sanz, de nacionalidad uruguaya, secuestrada con más de ocho meses de embarazo, que dio a luz en el Pozo de Banfield siendo apropiada su beba, Carmen, la que recién pudo recuperar su identidad en 1999.
Por la supresión de identidad de Carmen Gallo Sáenz fueron condenados Miguel Etchecolatz y el médico Jore Berges, ambos imputados en este juicio.
La sobreviviente recordó también compartir cautiverio junto a María Asunción “Mary” Artigas, también de nacionalidad uruguaya, quien dio a luz en cautiverio a María Victoria, que fue apropiada y recién en 1988 recuperó su identidad. La niña había sido entregada a un comisario.
“A Mary la visitaba un policía al que le decían ´Saracho´, quien al saber que estaba embarazada le traía frutas. Venía, siempre vestido de negro, se quedaba a mitad del pasillo. Después supe que era el policía Valentín Pretti y siempre pensé que le traía frutas porque pensaba apropiarse de la beba”, detalló la mujer.
En la audiencia de este martes también declaró Diana Guastavino por el secuestro y cautiverio de su esposo, Roberto Fidel Yantorno, detenido en diciembre de 1977 y llevado al Pozo de Quilmes. El hombre continúa desaparecido.
Diana también fue secuestrada y estuvo detenida en Coordinación Federal, donde sufrió torturas con picana, submarino seco, simulacros de fusilamiento, hechos por los que no hay ningún policía o militar juzgado, según remarcó la víctima.
El TOF 1, integrado por Walter Venditti, Esteban Rodríguez Eggers y Ricardo Basilico, juzga por los delitos cometidos en el Pozo de Banfield y el Pozo de Quilmes al exministro de Gobierno bonaerense durante la dictadura, Jaime Smart; al exdirector de Investigaciones de la Policía bonaerense, Miguel Etchecolatz; el exmédico policial Jorge Antonio Berges y a los imputados Federico Minicucci; Carlos Maria Romero Pavón, Roberto Balmaceda y Jorge Di Pasquale.
También juzga a Guillermo Domínguez Matheu; Ricardo Fernández; Carlos Fontana; Emilio Herrero Anzorena; Carlos Hidalgo Garzón; Antonio Simón; Enrique Barré; Eduardo Samuel de Lío y Alberto Condiotti. Por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro conocido como “El Infierno” también están imputados Etchecolatz, Berges y Smart .