Un hombre de 45 años fue detenido en San Francisco Solano, acusado de ser uno de los ladrones que el domingo pasado asaltaron en esa misma localidad del partido bonaerense de Quilmes a Víctor Dell’ Aquilla, el hombre sin brazos que hace 44 años fue protagonista de la histórica foto titulada «el abrazo del alma» del momento en el que el seleccionado argentino de fútbol se consagró campeón en el Mundial 78.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Télam que el imputado fue identificado como Cristian Alejando Lobos, alias «El Ronco» (45), y fue arrestado esta mañana en un allanamiento realizado por efectivos de la comisaria 4ta.de Quilmes, tras una investigación dirigida por la fiscal Ximena Santoro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de ese departamento judicial.
El procedimiento fue llevado a cabo en una vivienda ubicada en la calle 892 y 816 bis de San Francisco Solano, donde los investigadores secuestraron dinero en efectivo y prendas de vestir, como también elementos de interés para la causa.
Lobos quedó aprehendido en el marco del expediente caratulado por la fiscal como «robo agravado por el empleo de arma de fuego», y en el que aún resta localizar y detener a otros dos autores.
El hecho ocurrió el último domingo pasadas las 11 en una casa de la calle 848 de San Francisco Solano donde vive Dell’Aquilla (66), el hombre que a los 12 años perdió los brazos en un accidente y el 25 de junio de 1978 quedó retratado en una foto de la revista El Grafico bautizada «el abrazo del alma» cuando se acercó a Ubaldo Fillol y Alberto Tarantini festejando el campeonato del mundo en la cancha de River.
Tres delincuentes armados ingresaron por los fondos de su casa, donde el hombre estaba junto a su esposa no vidente, redujeron al matrimonio y comenzaron a revolver todos los ambientes en búsqueda de dinero y objetos de valor.
En un descuido, la mujer de Dell’Aquilla logró escapar corriendo a la calle a pedir auxilio y los delincuentes emprendieron la fuga, momento en el que se cruzaron con el hijo del matrimonio que justo llegaba a la casa para almorzar en un asado con sus padres.
Con 100 euros, unos 3.000 pesos y tres armas que había en la casa, los ladrones huyeron en un automóvil blanco y fueron perseguidos varias cuadras por el hijo de las víctimas, quien decidió culminar la persecución cuando desde el vehículo le efectuaron un disparo sin dar en el blanco.
El auto de los delincuentes fue hallado más tarde abandonado, con algunos daños y en su interior se hallaron guantes, sogas, precintos y herramientas y hasta clavos «miguelitos».