La Corte Suprema de Justicia de la Nación anuló la condena a prisión perpetua impuesta a una mujer por el homicidio de su bebé de un año y nueve meses, debido a que consideró que en el proceso faltó un examen “exhaustivo” de los argumentos presentados por la defensa, informaron fuentes judiciales.
La muerte del niño ocurrió en octubre de 2011 en la ciudad de Córdoba, y la Corte, tras anular la sentencia de primera instancia, ordenó que la causa “vuelva al tribunal de origen para que se dicte un nuevo fallo”.
Se trata del caso de Maribel Alejandra Soledad Barrera, quien cuando ocurrió el hecho estaba embarazada de ocho meses y vivía con su novio Marco Soria, su bebé de un año y nueve meses y otra hija de cuatro años en el barrio Remedios de Escalada, en la zona norte de la ciudad de Córdoba.
De acuerdo con la sentencia de primera instancia, Soria golpeó al bebé en el tórax, cuello y abdomen, provocándole un fallo multiorgánico y la muerte.
En diciembre de 2013, un tribunal cordobés con un jurado popular condenó a la pareja a prisión perpetua, en el caso de Barrera por “homicidio calificado por el vínculo”, porque se consideró que consintió la conducta de su concubino y omitió llevar al bebé al médico cuando eran evidentes los signos de la golpiza.
En tanto, la defensa presentó un recurso contra la condena, que el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba rechazó, lo que dio lugar a la presentación ante la Corte Suprema de la Nación.
El máximo tribunal del país recordó que el derecho de recurrir el fallo ante el juez o tribunal superior implica garantizar una revisión integral, exhaustiva y amplia de la sentencia condenatoria, de conformidad con los planteos del impugnante presentados en tiempo, forma y modo.
La Corte evaluó que, incumpliendo ese deber, la condena contra Barrera fue confirmada “limitándose a reiterar los fundamentos del fallo pero sin abordar –y en consecuencia, sin tampoco refutar– los planteos de la recurrente”.
La defensa de la mujer había expuesto que en el juicio no se había probado la existencia de un acuerdo intencional para cometer el homicidio, negó que la acusada supiera de los golpes que había sufrido su hijo, y sostuvo que, en el análisis de los hechos, se había ignorado su “historia de vulnerabilidad”.