Un fiscal apeló la falta de mérito y la liberación de una oficial de la Policía de la Ciudad que había sido detenida el mes pasado como acusada del encubrimiento del crimen del adolescente Lucas González, el futbolista de Barracas Central asesinado a balazos durante un procedimiento policial irregular en el barrio porteño de Barracas, en noviembre de 2021, y por las torturas de las que fueron víctimas los tres amigos que estaban con la víctima, informaron fuentes judiciales.
La presentación fue realizada por la Fiscalía Criminal y Correccional 32, a cargo de Leonel Gómez Barbella, ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 7 de Paula González.
De acuerdo con lo informado por el sitio institucional www.fiscales.gob.ar, el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) apeló la falta de mérito y la liberación de Teresa María Luján Scorza, oficial principal de la División Sumarios y Brigadas de Prevención de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, y pidió su procesamiento con prisión preventiva.
Scorza había sido detenida el pasado 20 de julio, luego de que la policía fuera reconocida en una rueda fotográfica por uno de los amigos de Lucas como quien lo detuvo ilegalmente y lo sometió a torturas.
El joven que la reconoció aseguró que mientras se encontraba boca abajo esposado con sus manos en la espalda en la intersección de Perdriel y Alvarado, de Barracas, esa policía tomó su mano y le colocó el dedo en su teléfono celular con el objeto de rastrear a uno de sus amigos.
Además, según el joven, esa oficial le preguntaba “dónde tenía la droga” y le decía que “era un chorro” y que a su amigo Lucas “le tiraron porque hizo las cosas mal”.
Al ser indagada por la magistrada y el fiscal, Scorza se declaró inocente y apuntó contra otras dos mujeres policías, quienes no están imputadas en el expediente.
Posteriormente, el fiscal Gómez Barbella pidió su procesamiento con prisión preventiva por los delitos de falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin las formalidades de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas.
Sin embargo, el 3 de agosto pasado la jueza González declaró la falta de mérito de la mujer y dispuso su inmediata liberación al entender, entre otras cosas, que el reconocimiento por parte de una de las víctimas en la rueda fotográfica “no fue tan categórico como intenta sostener el Fiscal”.
El representante del MPF sostuvo en su presentación que Scorza “reconoció haber permanecido a muy escasos metros, no más de dos, cuando se producían los ilícitos en contra de los jóvenes” y que “fue una de las primeras autoridades policiales en arribar al escenario delictivo”.
Además, aseguró que la víctima “fue determinante en reconocer a la mentada, sin perjuicio del rol que se le pueda asignar”, y que “no se advierte por qué motivo el damnificado atribuiría de modo falaz a Scorza del sufrimiento psíquico y de la privación ilegal de la libertad de la que participó y, además, introduciría detalles de haberle sujetado su dedo para poder desactivar el celular, cuando esta no hubiese sido verdadera”.
Por otro lado, Gómez Barbella también postuló el rechazo al planteo de nulidad interpuesto por la defensa de Scorza respecto del reconocimiento fotográfico que luego llevó a su detención.
El crimen de Lucas ocurrió en la mañana del 17 de noviembre de 2021, cuando el joven y tres amigos salieron del entrenamiento en el club de fútbol Barracas Central, y se subieron al Volkswagen Suran del padre de uno de ellos, para volver a la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde vivían.
Tras detenerse en un kiosco, comenzaron a ser perseguidos por un Nissan Tiida, en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comisaría Vecinal 4D, quienes realizaban tareas de campo en la intersección de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield.
De acuerdo con la investigación, los policías informaron al servicio de comunicaciones policiales que perseguían un automóvil con “cuatro masculinos con apariencia menores, jóvenes”, refirieron “que estaban armados”, y les cruzaron el Nissan Tiida para detenerlos.
Como el automóvil de la brigada no tenía ninguna identificación ni los policías vestían chalecos ni uniformes policiales, los chicos pensaron que podían ser ladrones y quisieron escapar, pero fue entonces cuando los efectivos policiales dispararon contra el Volkswagen Suran.
Lucas recibió dos disparos, uno de ellos en la cabeza, que produjo su muerte al día siguiente en el Hospital El Cruce, de Florencio Varela. Por el homicidio fueron detenidos y procesados el inspector Gabriel Issasi (41), el oficial mayor Fabián López (47) y el oficial Juan José Nieva (36), mientras que otros 11 policías, varios de ellos de alto rango, afrontan cargos por encubrimiento.