Una fiscal pidió ayer que un teniente de la policía bonaerense sea condenado a prisión perpetua por el homicidio a balazos de un hombre que en octubre de 2016 iba a bordo de un auto robado por el partido de Berazategui, informaron fuentes judiciales.
El pedido fue formulado por la fiscal Mariel Calviño ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de Quilmes que juzga a Luis Alberto Canto (57), quien llegó al juicio en libertad y acusado del “homicidio doblemente agravado por el empleo de arma de fuego y por su comisión como miembro integrante de la fuerza de seguridad” de Miguel Ángel López (30).
Fuentes judiciales informaron que la representante del Ministerio Público solicitó a los jueces Gustavo Farina, Federico Merlini y Juan Mata la máxima pena para el policía tras escuchar más de 15 testigos. En tanto, la defensa particular a cargo del doctor Luis Maria Giordano requirió al tribunal que se encuadre a los hechos como un “exceso en la legítima defensa”. Por su parte, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el martes 11 al mediodía cuando dará a conocer su veredicto.
En su alegato, la fiscal tuvo en cuenta, entre otros elementos, los testimonios que señalaron que solamente hubo cuatro disparos y las pericias realizadas al arma reglamentaria del efectivo. Calviño explicó que el hecho sucedió el 27 de octubre de 2016, alrededor de las 2.10, en las calles 105 A y 24 de la localidad de Ranelagh.
Canto manejaba un patrullero en el que iba junto a un compañero y comenzó a perseguir un Renault Sandero gris, patente KFH085, que había sido robado dos días antes y tenía pedido de secuestro activo. Al respecto, durante el juicio declaró el hombre al que le sustrajeron su auto y negó haber sido amenazado con armas de fuego.
El testigo aseguró que uno de los cuatro delincuentes gritó “tirale, tirale” pero en ningún momento vio a alguno de ellos armado, por lo que creyó que lo hizo para asustarlo y que entregara el rodado. En ese auto, el día del homicidio circulaban tres hombres, entre ellos López que iba sentado en la parte trasera, y una mujer.
El móvil interceptó el Renault y los efectivos dieron la voz de “alto” pero el conductor no acató la orden y aceleró la marcha. Según el acta policial, el Renault impactó contra la puerta derecha del patrullero que provocó que se cerrara bruscamente y causó lesiones leves en la pierna izquierda al policía que iba como acompañante.
Sin embargo, la fiscal Calviño estableció que el patrullero apenas tenía un “toque”, pero sin una abolladura propia a la de una colisión. En ese marco, el teniente Canto desenfundó su pistola Browning calibre 9 milímetros con la que efectuó al menos tres disparos, uno de los cuales impactó en el tórax de López, quien murió casi en el acto a raíz de las lesiones sufridas.
El resto de las personas que iba en el Renault huyeron en distintas direcciones y al único que detuvieron fue al que manejaba tras refugiarse en la casa de un vecino que declaró en el juicio que ese joven, de por entonces 23 años, no tenía armas.
En ese sentido, Calviño afirmó que en el lugar del hecho solamente fueron halladas las vainas servidas calibre 9 milímetros que usa la Policía y si bien el compañero del acusado declaró que repelieron un ataque a tiros, no quedó acreditado que los ocupantes del vehículo estuvieran armados.
Es que ese testigo no pudo especificar el tipo de arma con el que aparentemente los agredieron ni la cantidad de disparos. Además, el patrullero no tenía ningún orificio de bala y el proyectil que quedó alojado en el cuerpo de López había partido de la pistola reglamentaria usada por el acusado.
Las fuentes añadieron que la prueba para determinar si había restos de pólvora en la mano de la víctima dio negativo, por lo que para la fiscalía más allá de la única versión que dio el policía en el juicio no surgió otro dato que le permita concluir que Canto disparó para repeler una agresión. A su vez, Canto ya había sido condenado a una pena en suspenso en 2020 por un caso de “apremios ilegales”, concluyeron los voceros.