Todos los testigos que declararon en la primer jornada de audiencias testimoniales en Quilmes en el caso de Mónica Bravo, la policía que mató a un joven en Quilmes Oeste años atrás, luego de haber sido robada, coincidieron en señalar que el fallecido tenía un arma en su cintura (luego se acreditó que era de utilería). Hoy será el turno de los peritos que brindarán precisiones acerca de las heridas que recibió Facundo Ferreyra.
Primero relataron los hechos los familiares directos del joven Ferreyra, que explicaron como en la comisaría Novena les dijeron con crudeza “usted sabía que su hijo era delincuente y está muerto?”. Acto seguido fue el turno de varios vecinos de la zona de Joaquin V González y San Mauro que dijeron que Bravo refería a que había sido robada por Ferreyra, cuyo cuerpo yacía en la traza asfáltica con el menos tres disparos de arma de fuego en la cabeza.
Luego expuso la médica, el camillero que coincidieron en que el joven estaba en un estado de agonía al momento de ser asistido y que de inmediato lo llevaron al Hospital de Quilmes. Los vecinos también fueron coincidentes en que se escucharon disparon en secuencia y luego el ruido de una moto que se iba del lugar.
Las pericias
Hoy será el turno de los peritos que serán consultados por el fiscal Claudio Pelayo, el particular damnificado, Gustavo Julio y los defensores Guillermo Dieguez y Antonio Solivaret. Vale remarcar que según consta en la instrucción penal preparatoria del proceso la pericia balística podría ser clave para definir si a Ferreyra lo ejecutaron una vez que ya se encontraba herido de arma de fuego; como las pruebas de dermotest más el levantamiento de rastros en la zona.
Los hechos se dieron en Quilmes Oeste el 15 de junio de 2018 en San Mauro y Joaquin V González, cuando habrían intentado robarle a Bravo y ella disparó contra Ferreyra, mientras que otro de los delincuentes se dio a la fuga.
En caso de ser hallada responsable la mujer policía podría ser condenada a la pena de prisión perpetua, tal lo fija el Código Penal. El fiscal Pelayo enfatizó en su lineamiento de apertura en que Ferreyra tenía en su poder un arma de utilería