Personas privadas de la libertad de una cárcel bonaerense de Florencio Varela escribieron un cuento infantil e hicieron una edición en libro de papel y otra en audiolibro para repartir y que llegue a bibliotecas infantiles. La experiencia tuvo lugar en la Unidad 32 del Servicio Penitenciario Bonaerense en el marco del programa Pabellones Literarios para la Libertad que impulsa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires.
El libro infantil fue presentado este lunes con el título “El pequeño gran basquebolista” y en el acto se explicó el proceso creativo que contó con la colaboración de unos cien internos.
Hernán, uno de los privados de libertad que participó de la iniciativa cultural explicó que “la idea nació porque primero empezamos a aprender un poco de literatura y a escribir cuentos, pero siempre los relatos que salían eran historias de vida y cuentos policiales, todas cosas muy relacionadas a este mundo carcelario, y queríamos salir de acá y a la vez ayudar, que les llegué a otros”.
Así fue que los internos del pabellón literario de la Unidad 32 comenzaron a escribir cuentos infantiles, que luego fueron seleccionados, pulidos colectivamente y discutidos hasta lograr elegir uno solo, que recibió múltiples aportes de cada uno de ellos hasta tener una versión final, con sus respectivas ilustraciones.
Luego, los internos coordinaron con familiares que están afuera y gente que habitualmente los ayuda para lograr tener una edición del libro en papel, del que se hicieron 80 ejemplares.
Además, hicieron un audiolibro en el que grabaron voces y efectos de sonido: “Queríamos hacer algo más, nos enganchamos con esto y se nos ocurrió esto, algunos acá también trabajan con el braille pero nos parecía que esto era para los más chiquitos, que todavía no saben braille, así que nos decidimos por hacer un cuento pero en sonidos, elegimos ´La Risa Perdida´, que trata sobre una hiena que perdió su risa, está ambientado en la selva así que era muy lindo para llevarlo a ese formato”.
Hernán explicó que el objetivo, además de ayudar, era mostrar las cosas buenas que se pueden hacer con los teléfonos celulares “La gente se piensa que acá estamos todos planeando estafas con los celulares y eso no es así, nosotros los teléfonos los usamos para estudiar y para hacer obras de bien público. Los libros ya están en camino a quienes van a disfrutarlos: una iglesia, una escuela para chicos discapacitados y dos jardines de infantes, de San Vicente y Lanús.
La presentación del libro se efectuó en el pabellón, el que fue ambientado especialmente por los internos como una sala de teatro para que ellos mismos representen las dos obras. Estuvieron presentes el Juez Roberto Conti, la Asesora del Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julia Lescano, autoridades de la escuela y del SPB, talleristas e invitados especiales.
“Hacer esto en lo personal te llena, fue un proceso largo, donde por momentos nos frustramos y nos enojamos porque las cosas no salían como queríamos. Tuvimos que aprender a editar los audios para que queden bien, o encontrar las palabras justas en el cuento… hoy cuando terminó la presentación se nos llenaron los ojos de lágrimas, es sentirte persona, sentirte útil, que estás ayudando a quienes los necesitan, esa satisfacción para nosotros es lo más importante”.
Cabe destacar que al programa Pabellones Literarios para la Libertad se sumaron 5450 personas privadas de libertad de 100 pabellones de 54 cárceles o alcaidías bonaerenses con el acompañamiento ad honorem de 187 talleristas.