A menos de un mes del inicio del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven que murió tras ser atacado por un grupo de rugbiers en enero de 2020, sus padres llamaron a realizar una sentada para recordarlo y “seguir pidiendo justicia”.
“Soy la mamá de Fernando José Báez Sosa. Les pedimos que nos sigan acompañando como lo hicieron siempre”, expresó esta semana Graciela Sosa a través de un video difundido en las redes sociales.
“El martes 20 de diciembre haremos una sentada a las 18 horas en la Plaza Congreso, para recordar a Fernando y seguir pidiendo justicia”, agregó.
En este marco, la mujer agradeció “a todas las personas que apoyan a la familia desde que ocurrió el trágico crimen” y cerró con un pedido puntual: “La única (justicia) que vale es perpetua. No nos olvidamos lo que le hicieron a Fernando”.
El juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa comenzará el 2 de enero. Los implicados son Ayrton Viollaz, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, y Luciano, Ciro y Lucas Pertossi, mientras que Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi fueron excarcelados por falta de mérito.
Días atrás, uno de los abogados que representa a los padres del joven consideró que durante el debate “pueden surgir indicios” para iniciar otra causa contra un undécimo rugbier.
El letrado Fabián Améndola, quien junto con Fernando Burlando y su estudio defienden a Silvino Báez y Graciela Sosa, afirmó que cuando arranque la causa en tribunales “puede ser un momento propicio para que surjan mayores elementos” contra otro de los sospechosos, del cual se habló en varias ocasiones pero que nunca se llegó a algo firme.
El 18 de enero de 2020, Fernando Báez Sosa, de 18 años, estaba de vacaciones en la ciudad costera de Villa Gesell. Junto a sus amigos, fue a bailar al boliche Le Brique de Avenida 3 y Paseo 102, en Villa Gesell.
Dentro de ese reducto bailable se produjo el primer encuentro cuando en medio de una pista colmada de gente uno de sus amigos “rozó” a uno de los que luego, serían sus agresores.
La situación se tensó y los rugbiers comenzaron a incitar a una pelea. Los patovicas vieron la situación y echaron a ambos grupos. Ya afuera, mientras Fernando y sus compañeros hablaban de la situación, los atacantes volvieron a la carga.
Fue entonces que el adolescente buscó separar la pelea y, según registraron las cámaras de seguridad, a las 4,41 de la madrugada recibió el primer golpe.
Tirado en el piso, los ocho atacantes lo patearon en la cabeza y lo golpearon por todo el cuerpo al grito de “a ver si vas a pegar negro de mierda”. A las 5:00 los rugbiers dejaron el lugar y fueron, tranquilos, a comer una hamburguesa a Mc Donald’s.
El joven quedó inconsciente y fue asistido en el lugar por personal policial y por una turista que le realizó maniobras de reanimación cardiopulmar, tras lo cual fue trasladado en ambulancia al Hospital Arturo Illia, donde finalmente falleció.
La autopsia determinó que murió de “un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a traumatismo de cráneo”.
Los rugbiers irán a juicio por los delitos de “Homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, y también por “lesiones leves” sufridas por amigos de Fernando que estaban junto a él la madrugada del crimen.