Aldo Di Paolo, quien está detenido como acusado del crimen de su madre, una jubilada italiana de 90 años hallada asesinada el miércoles pasado en su casa de la localidad de Las Lomas de San Isidro, declaró ante la fiscal de la causa que en un primer momento creyó que la mujer “se había caído” porque ya le había ocurrido en otras dos oportunidades.
En su declaración indagatoria ante Carolina Asprella, del Área Criminal de la Fiscalía sanisidrense, el imputado negó haber cometido el crimen de su madre, María Cristina De Vincentis (90).
A su vez, fuentes judiciales indicaron a Télam que en esta declaración, el sospechoso cambió el día en el que dijo haber ido por última vez a la casa de su madre, ya que en su declaración como testigo dijo que lo hizo el domingo y en segunda instancia que fue el lunes pasado.
“(…) yo pensaba que se había caído ya que antes se había caído dos veces”, explicó Di Paolo (65) a la fiscal respecto de su primera impresión cuando encontró a su madre tirada en el interior de la casa.
“Luego de llamar al 911, en el camino veo a Lucía Di Bartolomeo (una vecina) y le comenté lo que pasó, entonces entré con ella a la casa y ella se acercó al cuerpo, ahí fue cuando vio que tenía un cuchillo. Por eso volví a llamar al 911 para avisar que la habían matado”, indicó el hombre en su indagatoria de ocho páginas, a las que accedió Télam.
En otro tramo de su descargo, el acusado dijo: “Quiero aclarar que yo le compraba comida a mi madre y se la llevaba, y guardo los tickets de lo que gastaba.”
Y por último reconoció que quedó grabado por “las cámaras saliendo del domicilio” de su madre con bolsas negras y azules porque, según él, “llevó mercadería para esa casa”.
Una cámara clave
“Hay una cámara en la cuadra que grabó todo. Se lo ve entrar al hijo el lunes alrededor de las 18, se queda aproximadamente media hora y sale, en cuero, y con la bolsita rumbo a su casa”, dijo a Télam una fuente judicial ligada al expediente.
El presunto matricida, que según voceros policiales se dedica a instalar redes de cañerías antiincendios y matafuegos, había dicho que el domingo había sido el último día en que pasó a visitarla.
A su vez, la data de muerte estimada reveló que la jubilada fue asesina entre 48 y 72 horas antes a la autopsia realizada el jueves, lo que ubica el asesinato como cometido entre el lunes -cuando Di Paolo quedó filmado-, y el martes.
Las fuentes indicaron que esa cámara clave además “graba en forma interrumpida” y se constató que desde ese lunes la única persona que volvió a ingresar a la casa de la anciana fue su hijo, el miércoles pasado, cuando llamó al 911 para avisar que había encontrado a su madre asesinada.
En el allanamiento realizado en el domicilio del ahora imputado por matricidio, en la calle Herrera al 886 de Las Lomas, la Policía secuestró 3.000 dólares, 900.000 pesos, dos tablets, una notebook, dos teléfonos celulares y un almohadón con aparentes manchas de sangre.
Contradicciones
Fuentes judiciales indicaron a Télam que ante estos elementos y una serie de contradicciones que se detectaron en su relato, la fiscal de la causa, Carolina Asprella, del Área Criminal de la Fiscalía de San Isidro, dispuso el jueves la aprehensión de Di Paolo como sospechoso de “homicidio agravado por el vínculo”, un delito que prevé como única pena la prisión perpetua.
Fue el ahora detenido quien el miércoles pasado, alrededor de las 20.30, llamó a la Policía para denunciar que había encontrado asesinada a su madre en la casa de ella, situada en Avellaneda al 1314, entre San José y Herrera, de Las Lomas, partido de San Isidro, en el norte del conurbano bonaerense.
En ese momento, el hombre explicó que había ido a la casa porque su madre, quien vivía sola y usaba una silla de ruedas, no le contestó los llamados telefónicos. Cuando arribó el personal policial, halló asesinada a la jubilada, tendida en el comedor cocina de la vivienda, con un cuchillo clavado en el cuello.
El arma homicida, una cuchilla de cocina con mango de madera, en principio, pertenecía a la propia casa, señalaron los investigadores.
Di Paolo también le indicó a la Policía que el dormitorio de su madre estaba algo revuelto y que el o los asesinos habían robado una serie de alhajas y el teléfono celular de la víctima.
Con esos elementos, la primera línea de investigación fue la de un homicidio en ocasión de robo cometido por alguien que había logrado ingresar a la casa.
Es que pese a no detectar puertas o ventanas forzadas, algunos vecinos declararon que la mujer solía dejar la puerta abierta para salir a tomar aire.
La autopsia estableció ayer que De Vincenti falleció por la lesión del arma blanca en el cuello que le generó una hemorragia y shock hipovolémico.
Sin embargo, la fiscal Asprella también investigó en paralelo la versión del hijo y tras una serie de tareas investigativas y de contradicciones detectadas con las cámaras de seguridad, dispuso ayer el allanamiento en su vivienda y su detención.
“Básicamente el trabajo que hizo la DDI con las cámaras y otros datos que contradijeron el testimonio del hijo, terminaron de transformarlo en el principal sospechoso. Y si bien restan pericias y escucharlo en su declaración indagatoria, el allanamiento en su casa robustece nuestras sospechas”, dijo a Télam una fuente judicial.