En una cárcel de Florencio Varela se pusieron en valor talleres de trabajo y se inauguró una sala de informática que beneficiará a las casi 300 personas privadas de la libertad que asisten a las escuelas primaria y secundaria.
Todo sucedió en la Unidad 23 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en el marco del programa “Más Trabajo, menos Reincidencia” que impulsa el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires.
La puesta en valor de los talleres consistió en recuperar y poner operativos los talleres en los que los privados de la libertad pueden trabajar al tiempo que aprenden oficios.
La sala de informática se inauguró gracias al aporte de la Asociación Civil María de las Cárceles. Respecto a los talleres, se trata de un espacio de más de 2.000 m2 en las que agentes penitenciarios y los propios internos enseñan a sus pares distintos oficios: herrería, carpintería, chapa y pintura, mecánica ligera, armado y fileteado de macetas de cemento y confección de ladrillos de hormigón.
Además, en la misma jornada quedó inaugurado el lavadero de autos, con aspiradora, hidrolavadora y otros elementos provistos por la Dirección de Trabajo del SPB.
También hay un vivero y un sector de compostaje en el que se está trabajando en la actualidad para empezar a producir pequeñas plantas y plantines.
Noelia Gallegos, Directora de Trabajo Penitenciario del SPB, manifestó que “asistimos a las unidades en la medida que tienen posibilidades de brindar estos espacios y sabemos que más allá de la producción lo importante es dar herramientas a los internos, que adquieran el hábito del trabajo, que aprendan oficios y después puedan salir y trabajar”.
El director de la Unidad 23, Cristian Ribnikov, se expresó en el mismo sentido: “Trabajamos para que todos tengan la posibilidad de estudiar y aprender un oficio, en los talleres siempre hay alrededor de setenta internos trabajando pero no son siempre los mismos porque van rotando, trabajan y aprenden, adquieren herramientas que después les van a servir para desenvolverse en su vida post penitenciaria, sabemos que los que aprovechan el tiempo de encierro para estudiar y trabajar después no reinciden”.
La flamante sala de informática fue posible gracias al trabajo mancomunado del Servicio Penitenciario y los agentes que acondicionaron la sala y el aporte de la Asociación Civil María de las Cárceles que donó las seis computadoras.
En sentido, su presidente Adriana Von Kaull destacó que “hace ya treinta años que venimos recorriendo las Unidades y tratando de darle una mano a quienes están privados de la libertad, sabemos que hay muchos muchachos que están acá porque la vida antes de la cárcel no les presentó las mismas oportunidades que a otros y queremos dárselas, que tengan buenas condiciones para estudiar, que aprendan a manejar los programas básicos y que puedan usar este tiempo para construirse un futuro mejor.
En la Unidad 23 funcionan la Escuela Primaria N° 751 y la Secundaria N°460. Cabe destacar que en entre los distintos ámbitos educativos y laborales el 79% de la población carcelaria se encuentran ocupados.
Participaron de la inauguración de la sala de informática y la puesta en valor de los talleres el Director de Unidad 23, Lic. Cristian Ribnikov, la Directora de Trabajo Penitenciario Noelia Gallegos, los Subdirectores de Unidad 23 Julián Román y Emiliano Velázquez, acompañados de la Presidente de asociación Civil María de las Cárceles Adriana Von Kaull, y la Inspectora de Educación de Adultos Pamela Martin.
El Jefe del SPB, Xavier Areses, agradeció el esfuerzo del personal y la coordinación de todos los que colaboraron para ofrecer oportunidades de inclusión laboral y educativa a las personas privadas de libertad.