La causa que investiga el crimen de Lautaro Morello (18) y la desaparición de Lucas Escalante (26), ocurridos luego de que ambos salieran juntos el 9 de diciembre pasado en Florencio Varela, tiene un nuevo detenido. Se trata de Ramiro Forchinito, un efectivo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que fue acusado de encubrir a los dos sospechosos que ya estaban arrestados por el caso, Cristian Centurión —hijo de otro jefe de la Bonaerense— y su primo Maximiliano.
La detención se produjo en horas de la tarde de ayer según confirmaron fuentes judiciales a Data Judicial.
Forchinito integra la fuerza bonaerense desde fines de 2017, trabaja en el área integrada con Interpol y es señalado por los investigadores como estrecho colaborador del comisario mayor Francisco Centurión, el padre y tío de Cristian y Maximiliano que también está en la mira de la Justicia. Y la sospecha es que participó de maniobras para ayudar a los primos y eludir la investigación del homicidio de Morello y la desaparición de Escalante.
Misma acusación recae sobre el comisario inspector Sergio Argarañaz, el jefe de la seccional N° 4 de Florencio Varela recientemente detenido. Según la investigación en su contra, Argarañaz no les tomó la denuncia por averiguación de paradero a los familiares de Escalante un día después de que los jóvenes desaparecieran, es decir, el 10 de diciembre de 2022. Posteriormente, con la causa iniciada, el policía les dijo a los familiares que Lucas había atropellado a una chica, que se escondió y quemó el auto “para borrar evidencia y cobrar el seguro”, según pudo saber este medio de actuaciones judiciales. Incluso, insinuó que la madre lo estaba ocultando de las autoridades o que “Lautaro vendía pastillas”.
Los testimonios apuntaban a que Lucas había ido a “buscar vales de nafta” gratuitos a la casa de Cristian Centurión. De acuerdo a la acusación, desde el mismo día 10 se sabía que el detenido había estado con uno de los dos jóvenes horas antes de la desaparición de ambos. Sin embargo, el comisario inspector “no tomó ninguna medida con esa información” aportada hasta el 12 de diciembre, cuando le recibió la declaración testimonial a Centurión. Fueron varios días en las que supuestamente evitó avanzar con la pista de los vales de nafta que conectaban con el hijo del comisario.
Un tercer hecho que se le endilgó a Argarañaz se produjo durante el allanamiento realizado entre el 14 y 15 de diciembre en la casa de Francisco Centurión. El comisario, en esas circunstancias, “no cumplió con el procedimiento” y las instrucciones emanadas Mariana Dongiovanni, a cargo en ese momento de la oficina fiscal. En concreto, lo que pasó fue que la fiscalía ordenó que se continuara el mismo día 14 con el procedimiento en la vivienda del mayor de los Centurión. Pero los agentes interrumpieron la tarea y la prosiguieron a las 8.53 del día siguiente, lo que dio una ventana de oportunidad a los sospechosos.
Según la investigación, este accionar implicó que los funcionarios públicos “encargados de preservar el lugar y continuar con las diligencias ordenadas, ayudando de este modo a los autores y partícipes a ocultar, alterar y hacer desaparecer rastros, pruebas e instrumentos del delito ejecutado”.
Lo más relevante es que los detenidos están relacionados a presuntas maniobras de encubrimiento en un móvil policial Toyota Etios que era manejado por Francisco Centurión.
Ese vehículo fue secuestrado el 15 de marzo pasado en una sede policial de Quilmes en la que funciona el enlace de la fuerza provincial con Interpol y donde el comisario mayor presta servicio. Los peritos detectaron que al auto le cambiaron el asiento trasero por completo, algo que no quedó registrado en el libro de novedades de la institución. Además, levantaron rastros de pelos y huellas que serán cotejados con el ADN de la víctima. El fiscal a cargo del expediente, Daniel Ichazo, aguarda esos resultados.
La noche del viernes 9 de diciembre, Lautaro y Lucas salieron a dar una vuelta para festejar el triunfo de la selección argentina ante Países Bajos por los cuartos de final del Mundial de Qatar. Escalante lo pasó a buscar a bordo de un auto BMW que al día siguiente apareció incendiado. El cuerpo semicalcinado de Morello fue hallado seis días más tarde a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica, partido de Presidente Perón. Dos días después fueron detenidos los Centurión, hoy imputados como coautores del delito de homicidio calificado por ensañamiento y alevosía.
Ambos quedaron vinculados al caso tras el análisis de cámaras de seguridad y de antenas de telefonía celular. En una filmación de una estación de servicio de Florencio Varela se ve a Cristian cerca de las 0.30 del 10 de diciembre cargando nafta en un bidón blanco que, se sospecha, pudo haber sido empleado para incinerar el auto de Lucas y el cadáver de Lautaro.
Mientras la causa avanza, Escalante sigue desaparecido. El Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció una recompensa de $5 millones para quien aporte datos que permitan esclarecer su paradero. Hace cuatro meses que su familia lo busca.