La familia se habría ido el fin de semana y cuando regresaron el domingo se encontraron con la casa desvalijada. Tras el millonario robo que sacudió al exclusivo barrio privado de Grand Bell este fin de semana, se confirmó un segundo golpe en el mismo lugar, aunque en otra vivienda del country ubicado sobre 467 (ex Calle 11) entre 142 y 148.
Según trascendió, se registró otro robo, en la casa de una familia que se había ido el fin de semana y volvió el domingo. Recién ahí se dieron cuenta de que habían entrado a la casa y robado las cosas.
Los investigadores se encuentran trabajando para determinar si se trató de los mismos delincuentes que se llevaron sumas de dinero millonarias, joyas y otros objetos de valor de la casa de una familia del barrio. Por lo pronto, no se dieron a conocer los números del botín con el que huyeron en este nuevo asalto.
La noticia generó gran preocupación entre los residentes de Grand Bell y sus alrededores, quienes temen por su seguridad y la de sus propiedades. La policía ha aumentado la vigilancia en el lugar y ha intensificado los controles de acceso al barrio privado.
Se espera que en las próximas horas se brinden más detalles sobre la investigación en curso y se tomen medidas adicionales para garantizar la seguridad de los vecinos de Grand Bell.
Robo
Alrededor de las 19.20 del último sábado, un Peugeot 208 pasó los controles e ingresó al country Grand Bell con cuatro personas en su interior: una mujer -que estaba a cara descubrierta- y tres hombres semi encapuchados. Al llegar a la garita del control, la conductora simuló apoyar una tarjeta para ingresar y el guardia, a pesar de no tener registro de la misma ni certificar la identidad de quienes entraban, levantó la barrera dejándola acceder.
Una vez adentro, los implicados se dirigieron directamente a una casa que en ese momento estaba ocupada por el hijo de la familia. Con su camioneta afuera, el joven permaneció en el interior durante casi dos horas hasta que decidió dejar su hogar.
Los ladrones estuvieron todo ese tiempo dando vueltas por el barrio, esperando a que la casa se desocupara. Con el chico ya lejos de su domicilio, el Peugeot se estacionó fuera y, rápidamente, los tres hombres bajaron para ingresar a la propiedad de 613 metros cuadrados cubiertos, mientras la mujer permaneció fuera haciendo de “campana”.
Ya en el domicilio, los hombres se dirigieron directamente a la bóveda de donde extrajeron una gran suma de dinero, algunas joyas y recuerdos familiares. Después, fueron a otra habitación y se robaron unas armas antes de huir rápidamente en el mismo vehículo.
Al llegar a la salida del barrio, nuevamente fueron controlados en la garita, pero esta vez la barrera no se levantó y estos la chocaron para escapar. Los propietarios se cruzaron con los ladrones mientras entraban al barrio y les llamó la atención la velocidad que estos llevaban. Segundos más tarde, llegaron a su casa para encontrarse con que habían sido víctimas de un robo. Inmediatamente, llamaron a la posta de Seguridad del barrio y al 911 para informar sobre el hecho.
La Policía y criminalística trabajaron en el lugar durante toda la noche para hacer las pericias necesarias. Además, una ambulancia tuvo que atender al propietario que se descompensó por la situación.
Según indicó el abogado de la familia a este medio, el gerente del barrio se acercó y pidió disculpas por la “negligencia por parte del control de acceso”.
Desde la familia creen que los ladrones tenían información sobre sus horarios y la ubicación de la bóveda en una casa de tales dimensiones y cuestionan el accionar de la seguridad privada del country. El caso quedó en manos de la fiscal Virginia Bravo de la UFI N° 7.