“La justicia está tardando 22 años”. Eso fue lo que reclamó la madre de Natalia Melmann, la adolescente de 15 años que fue abusada y asesinada el 4 de febrero de 2001 en la localidad balnearia de Miramar. Lo hizo al declarar en el inicio del segundo juicio al ex sargento de la Policía bonaerense Ricardo Panadero, el cuarto oficial acusado por el crimen.
Ya hay tres ex policías que fueron condenados a prisión perpetua en septiembre de 2002: Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60).
El crimen de Natalia provocó en 2001 la reacción de la comunidad local, que realizó junto a la familia múltiples marchas. Según se estableció en el primer juicio, ocurrido en 2002, la víctima fue obligada a subir a una camioneta policial y llevada a una casa en el extremo Sur de Miramar, donde “fue accedida carnalmente”, y luego, “con el inequívoco propósito de procurar la impunidad de la agresión sexual”, fue estrangulada con un cordón de sus zapatillas. Los tres policías condenados a perpetua trasladaron luego el cuerpo al vivero Florentino Ameghino, donde fue hallado semienterrado cuatro días más tarde.
En su testimonio ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°4 de Mar del Plata, Laura Calampuca, la mamá de Natalia, consideró que si el acusado “hubiera sido un civil, ya estaría preso”. Además, la mujer contó que su hija “era una criatura sumamente inocente” y que la sigue “esperando hasta el día de hoy”.
Gustavo Melmann, el papá de Natalia, también declaró en el inicio del segundo juicio por el crimen de su hija y consideró que fue “un femicidio en manos del Estado” y que “todos los que asesinaron a Nati lo hicieron con el afán de divertirse”.
Los padres de la adolescente asesinada fueron los dos primeros testigos del juicio a Panadero, quien es sometido nuevamente a proceso luego de que el Tribunal de Casación Penal provincial anulara el fallo en el que resultó absuelto en julio de 2018 y ordenara la realización de un nuevo debate.
Panadero, quien estuvo presente en la audiencia de ayer, está imputado por el delito de “privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia, abuso sexual agravado por acceso carnal y por la participación de dos o más personas y homicidio agravado por la participación de dos o más personas y criminis causa”.
Ayer la audiencia se inició minutos después de las 9.30 en el primer piso de los tribunales marplatenses, con la exposición de los lineamientos la fiscal Ana María Caro, quien aseguró que buscará demostrar la coautoría de Panadero en el secuestro y el abuso sexual de la menor, y su participación necesaria en el homicidio.
El planteo fue acompañado luego por los abogados Federico Paruolo y Yamil Castro Bianchi, quienes representan a la familia de la víctima en calidad de particular damnificado, aunque en su caso aseguraron que tratarán de probar la coautoría del acusado también en el homicidio.
La defensa particular de Panadero, encabezada por Lautaro Resúa, sostuvo en tanto que el ex sargento “no participó de los hechos que tuvieron a Natalia Melmann como víctima”.
Al declarar como primer testigo, el padre de Natalia explicó que, tras el hallazgo de su cuerpo, el 8 de febrero de 2001, “había mucho miedo”, “aprietes y difamaciones”, y que distintos vecinos aportaban información en un local que la Municipalidad local había dispuesto para la familia, “pero luego no querían declarar” ante la fiscalía interviniente.
Melmann relató que a su hija la asesinaron “para divertirse sádicamente”, y que los acusados “estaban de guardia y prestando servicio en la comisaría” local, “como lo hacía Panadero”. En ese sentido, señaló que el imputado “desde un principio estaba en el listado” de sospechosos confeccionado a partir de datos brindados por testigos, y consideró que “tendría que haber sido condenado” en el primer juicio.
La madre de Natalia recordó que, en las primeras horas posteriores a la desaparición de su hija, la policía no les permitía “buscarla ni dar difusión a su búsqueda”, y que no los dejaban ingresar al vivero donde finalmente fue hallado el cadáver.
“Los mismos policías que la habían asesinado venían a buscar a mis hijos para ir a buscar a Natalia”, dijo ante los jueces Néstor Conti, Mariana Iriani y Juan Galarreta, y agregó: “Estos tipos seguían libres, amenazando a todo el mundo, y seguían dirigiendo la comisaría”.
En la primera audiencia declaró, además, un testigo de identidad reservada, que era menor al momento del crimen, y aseguró que vio cómo Natalia era subida por la fuerza a un móvil policial. Dijo que el vehículo “frenó de golpe” sobre la calle 35 de Miramar al ver a la menor y cuatro policías uniformados bajaron y la interceptaron, mientras ella “gritaba que la soltaran, que ella no había hecho nada”.
El testigo declaró que la adolescente fue introducida en el móvil y que pudo identificar a todos los efectivos, porque frecuentaban el taller mecánico de un familiar suyo, donde él trabajaba: se trataba de los tres condenados a perpetua por el crimen y de Panadero, en línea con lo declarado en el primer juicio al ex sargento.
Otra joven que intervino como testigo aseguró que el acusado la “seguía e insinuaba cosas”, mientras que un hombre declaró que los cuatro policías solían frecuentar boliches y salir con chicas.
Por qué anularon el fallo
Si bien Panadero fue juzgado y absuelto en 2018, el fallo fue apelado por la Fiscalía General marplatense por entender que “existió una apreciación incorrecta del material probatorio” y también por los abogados de la familia, por considerar que “se realizó un análisis sesgado y arbitrario de los elementos probatorios”, en especial de una prueba de ADN realizada sobre un vello púbico hallado en el cuerpo de la menor, que indicó que “se detectó compatibilidad con el análisis correspondiente a Panadero”.
A partir de estos recursos, el 13 de noviembre de 2019, la Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense anuló la absolución y ordenó la realización de otro juicio.
El juicio continuará con los últimos cuatro testigos propuestos por la acusación, mientras que el jueves declararán los cuatro convocados por la defensa, y el viernes podrían presentarse los alegatos de cierre.
Fuente: Télam