En la ciudad de Mar del Plata el Tribunal Oral y Criminal Nº4 – de esa ciudad- consideró que el exoficial Ricardo Panadero es penalmente responsable por ser uno de los responsables en el secuestro, abuso sexual y asesinato agravado de Natalia Melmann. De esta manera llegó a su fin el juicio contra el cuarto policía acusado por el abuso sexual y el asesinato de la adolescente ocurrido el 4 de febrero de 2001 en Miramar. El exsargento fue sentenciado a la pena de prisión perpetua por el Toc Nº4 en un fallo unánime.
Panadero, que había llegado al juicio en libertad, quedó inmediatamente detenido por orden del Tribunal al ser considerado coautor de los delitos de: “privación ilegal de la libertad agravado, abuso sexual agravado y homicidio doblemente agravado, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido para asegurarse la impunidad”, en el marco del segundo juicio que debió enfrentar por el caso, tras haber sido absuelto en el primero realizado en 2018.
Entre los elementos incorporados en el juicio, se destacó el examen de ADN de un vello pubiano hallado en el cuerpo de la víctima, que arrojó una compatibilidad del 97,05 por ciento con el perfil genético del exsargento. A su vez, destacó la declaración brindada en la primera audiencia del proceso por un testigo de identidad reservada de la causa, quien aseguró que en la madrugada de la desaparición de la adolescente había visto cómo era subida a la fuerza a un patrullero por cuatro policías, entre los que ubicó al ahora condenado.
Por su parte, tras la lectura del fallo, Laura Calampuca (madre de Natalia), reclamó que se busque “al quinto” partícipe del asesinato, ya que de los peritajes surgió la presencia de cinco ADN diferentes y exigió que: “Que no haya un solo asesino más suelto en Miramar”.
En tanto, el padre de la adolescente expresó: “Esta condena a la familia no nos cambia, pero sí cambia la historia. El abuso de las fuerzas policiales no se puede volver a repetir”.
El segundo debate oral al que fue sometido Panadero se inició el último dos de mayo y luego de tres jornadas en las que declararon más de diez testigos y se realizaron los alegatos finales, esta mañana se dio a conocer el veredicto unánime de los jueces Néstor Conti, Mariana Irianni y Juan Galarreta en los tribunales de Mar del Plata.
Panadero es el cuarto policía condenado por el crimen que conmocionó al país en la temporada de verano de 2001, ya que si bien fue juzgado por primera vez en julio de 2018, había sido absuelto en esa instancia.
La fiscalía y la familia de la adolescente en esa oportunidad apelaron el fallo de primera instancia, y en noviembre de 2019 la Sala III del Tribunal de Casación Penal bonaerense con el voto del Dr. Ricardo Maidana y el Dr. Fernando Luis Mancini lo anuló y ordenó la realización de un nuevo proceso.
Los Señores Jueces consideraron que “No es posible concebir un derecho penal moderno sin contemplar los derechos de las víctimas y, en particular, frente a la violencia de género, la revisión de la valoración probatoria debe efectuarse con especial cautela. (…)Por lo demás, considero de interés aclarar que la cuestión trata sobre una persona que murió como consecuencia del accionar de funcionarios policiales, lo que implica extremar recaudos en el análisis del contexto, y las posibles conductas ejercidas por quien representa a la autoridad estatal en el ejercicio del monopolio del uso de la fuerza.”
El exsargento no formó parte del juicio principal en el que los otros tres policías acusados -Oscar Echenique (63), Ricardo Anselmini (55) y Ricardo Suárez (60)- fueron condenados a prisión perpetua, en septiembre de 2002, por haber sido sobreseído antes.
Los hechos
Natalia Melmann fue forzada a ascender por funcionarios policiales al interior de un vehículo oficial, para ser trasladada a la vivienda ubicada en la calle Montevideo entre las calles Las Heras y Melo del barrio Copacabana de la mencionada ciudad, donde fue accedida carnalmente por vía vaginal, bucal y anal por varias personas.
Luego, con el inequívoco propósito de procurar la impunidad de la agresión sexual, la víctima fue muerta por asfixia, estrangulada con un lazo confeccionado con el cordón de una de sus zapatillas y su cuerpo trasladado al vivero Florentino Ameghino de la ciudad de Miramar, donde fue hallado el día 8 de febrero de 2001.