La Justicia de Quilmes condenó ayer a tres de los cuatro hombres que llegaron a juicio imputados por el homicidio de la docente Sofía Sliwa, ocurrido en 2018 en Berazategui. El restante acusado fue absuelto y se ordenó su libertad.
El fallo, a cargo del Tribunal Oral N° 3 de Quilmes, recayó sobre Ezequiel Medina, Brian Ríos y Ezequiel Andrada, quienes recibieron una condena de 27, 23 y 20 años de prisión, respectivamente. En tanto que el cuarto imputado, Gonzalo Galán, fue absuelto y se dispuso su libertad desde la unidad de alojamiento del Servicio Penitenciario Bonaerense en la que se encontraba alojado.
Para los jueces Alejandro Portunato (primer voto); Darío Hernández y Julián Busteros quedó acreditado en las audiencias de producción de prueba la responsabilidad penal de tres de los imputados.
Los jueces entendieron que no se pudo acreditar la participación de Galán en el robo a la vivienda de la familia Sliwa y su responsabilidad en el asesinato de la docente de Ranelagh, por lo que anunciaron veredicto absolutorio y dispusieron su inmediata libertad.
A los otros tres procesados se los encontró culpables del homicidio de Sofía Sliwa. Andrada fue condenado a 20 años de cárcel; mientras que Medina, recibió una pena de 27 años de prisión por ser además el autor de una entradera en Villa Galicia, partido de Lomas de Zamora, ocurrida el 11 de abril de 2019; y Ríos, que ya tenía una condena en curso, recibió 23 años de prisión por intentar asaltar a cuatro jóvenes el 11 de mayo de 2017 en el distrito de Quilmes.
El crimen de Sofía Sliwa
El crimen de Sofía Sliwa ocurrió el 13 de junio de 2018, cuando cuatro delincuentes ingresaron a su vivienda de calle 136 y calle 30, de la localidad de Ranelagh. Allí la sorprendieron a ella y a uno de sus hijos, Gerardo Vatovec, que también se encontraba en la casa.
Sliwa y Vatovec fueron atacados a golpes, lo que en la mujer terminó causando la muerte por un «paro cardio respiratorio». Tras esa agresión, los malvivientes escaparon con varios elementos de valor y dinero en efectivo.
Pocos días después del brutal crimen, los delincuentes pusieron a la venta en diferentes grupos de redes sociales parte del botín. Fue así como los investigadores lograron dar con una mujer que usaba un perfil para comercializar los productos robados.